Los pasos para superar una relación, si es que de verdad se logran, siempre conllevan al final de su proceso un gran momento de decisión: tener o no otra pareja. Esto puede resultar también en un miedo enorme a aventurarse de nueva cuenta en un juego que sabes podrá traer grandes satisfacciones, pero también fuertes y devastadoras emociones. Las experiencias del pasado, sobre todo las negativas, siempre dejan huellas perfectamente marcadas, casi imborrables, en las personas; a veces, huellas dolorosas o un poco hurañas que no permiten avanzar con la misma confianza.
Por otro lado, esta determinación puede ser movida por un recobrado sentido de libertad que se sentía perdido al haber tenido una relación bastante larga o de suficiente peso. Pero ése suele ser un problema del que se escapa rápidamente a comparación de otros malos pensamientos que nublan la perspectiva; cuando se niega la oportunidad a un nuevo amor –o a un comienzo con otro alguien– se debe a una mirada equivocada de culpas, victimizaciones sin sentido, un falso deseo de estabilidad y una errada predisposición a la catástrofe.
En cualquiera de ambos casos se debe tener en cuenta que:
a) No toda la culpa es de los demás en una relación.
b) Si se acepta un grado de culpabilidad, esto tampoco significa que cometas errores todo el tiempo. Como humano siempre habrá días en que tropieces.
c) El pasado no rige absolutamente el presente o el futuro.
d) La verdadera felicidad se puede alcanzar; no a cada instante, pero se logra.
Sobre todo, debes tomar en consideración lo antes dicho si quieres que alguien te conozca realmente, te entienda, vaya más allá de una tarde de cine o café y construya una alianza contigo para hacerle frente a lo que venga. Todos alguna vez hemos dado los siguientes pretextos para no iniciar un nuevo camino, pero si en ellos te identificas ya no porque esa persona te desagrade o no es lo que esperas, sino porque te sientes vulnerable, es tiempo de ponerse a trabajar en las emociones y, de ser necesario, visitar a un profesional.
Tengo mucho trabajo
Y seguramente ese trabajo es ver en un solo día la última temporada de “House of Cards”, pero prefieres estar en la tranquilidad de tu casa sin complicarte en una cita.
Quedé en salir con unos amigos
Acéptalo, desde hace mucho tus único amigos se llaman Ben, Jerry, Johnny Walker, José Cuervo y Jack Daniel’s.
No me siento muy bien
La peor excusa porque todos sabemos que ya ni siquiera permites que la gripe se te acerque.
No siento que sea el momento adecuado para comenzar algo nuevo
Pero recuerda, si estás esperando que el tiempo llegue por sí sólo, éste no va se va a presentar.
Acuérdame en estos días
Eso, obviamente, te da el tiempo para bloquear su número o inventar cosas torpes como “nunca me di cuenta de que me habías escrito”.
Yo te aviso
Prácticamente la misma excusa anterior, sólo que aún más fría, distante y desgraciada.
Temo que me lastimen otra vez
El peor argumento en la historia. Si de verdad lo sientes, no lo dices; si sólo lo dices porque sí, seguro esperas la conmiseración de los demás, y por supuesto, una pose trágica.
Hoy no fue mi día
¿En serio? ¿Qué días son tuyos entonces?
Tengo miedo de lastimarte
¡Pero qué gran consideración! Todos deberían ser como tú.
No creo que esto funcione
Porque, claro, después de esos malos días adquiriste poderes psíquicos y ves el futuro.
Todavía no olvido a mi ex
Como si la memoria fuera así de selectiva, argumentas que aún tienes fuertes recuerdos de ese alguien.
Quiero enfocarme en mí mismo
Dejando entrever que una relación, para ti, significa olvido y falta de independencia.
Estoy buscando algo casual
Definamos casual, entonces. Si sólo buscas sexo, mejor dilo y no le quites el tiempo a los demás.
Si no te reflejas en los excusas mencionadas porque verdaderamente nunca te has visto en una situación así, quizá conozcas a alguien que hace de estas frases el argumento eterno de su vida, y peor aún, las ha utilizado contigo; por lo tanto, mejor vete alejando. Por lo visto hay una persona cercana que no está en la mejor disposición para avanzar contigo.
Fuente: Culturacolectiva