Razones por las que una persona enamorada deja a su pareja

Una de las cosas más difíciles es dar media vuelta y comenzar a caminar

Razones por las que una persona enamorada deja a su pareja

Autor: B GS

Una de las cosas más difíciles es dar media vuelta y comenzar a caminar. Después de las últimas palabras, el desahogo, las peleas y la resignación, es el acto de moverse (alejarse) el que habla más fuerte que todas las palabras antes declaradas. Alejarte del amor de tu vida, cerrar una puerta que aún despide cariño, ternura, pasión y más sentimientos propios de los enamorados parece una contradicción cuando sabes que aún amas a esa persona. Un giro de 180 grados, el movimiento de las piernas que avanzan a pesar de que el corazón dicta lo contrario. Un paso es necesario, diez son dolorosos y si después de 40 zancadas no volteas la mirada hacia lo que ahora es el pasado, puede que en verdad todo haya terminado.

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Es muy fácil entender el final de una relación: falta de interés, traiciones, resentimiento y muchas veces, la falta de amor. La contrariedad más hermosa la supone el amor. Todos deseamos caer en sus garras aún después de conocer las miles de historias que destinan a las relaciones al fracaso, pues aunque la gente permanezca junta toda la vida, es bien sabido que el amor se transforma y esa época idílica del Edén en la Tierra es un breve momento que da paso a una realidad menos romántica. El cliché y las películas han fundado la idea de que mientras exista amor todo es posible, pero tal vez es momento de evaluar tal controversia, después de todo, seguramente conoces a alguien (con suerte no eres tú) que ha terminado una relación a pesar de que ambas partes se amaban con locura.

Amar es entregarse, muchos concuerdan con eso de distintas maneras: dar un salto al vacío, creer ciegamente en otra persona, entregarse en cuerpo y alma y muchas cosas más dignas de una gran novela romántica, pero la otra cara de la moneda también es desoladora. El trasfondo que esconden estas nociones implica dejar de ser uno por fundirse en la actitud y apariencia de alguien más.

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Para el aclamado existencialista francés Jean-Paul Sartre, el amor romántico representa una celda para la libertad. Según él, los enamorados cumplen las definiciones de masoquismo y sadismo. Masoquismo porque uno intenta convertirse en lo que la otra persona quiere que sea y en ese proceso niega su propia libertad. Sadismo es cuando uno trata a su amante como un objeto. El amor en realidad es más de lo que creemos y muchas personas deciden terminar una relación antes de que el reloj llegue a cero; antes de que el amor se transforme en odio o peor aún, en indiferencia. Tal vez las siguientes razones pueden ser parte de ese proceso tan doloroso e inesperado.


Peleas constantes

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Entre bromas muchos dicen que las parejas necesitan pelearse constantemente, que esa es la manera de expresar su amor. Lamentablemente hay una delgada línea entre quienes pelean de manera sutil y muestran su afecto, y peleas que comienzan a ser válvulas de escape que sirven para sacar con otras palabras esos sentimientos que oprimen el pecho y hacen dudar de la relación.


Celos

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Los celos son inseguridad. Si una persona recibe atención de alguien más, no implica que el sentimiento o la acción serán recíprocos, pero muchas personas no lo ven así y desean (tal como lo dijo Sartre) que esa persona sea sólo suya. Existen muchas cosas que te pueden mantener unido a alguien, pero los celos son capaces de trascenderlas y convertirse en un problema irremediable. Quien siente celos rara vez terminará la relación, pues su obsesión implica estar siempre con esa persona, pero a quien celan puede sentir que las cosas no marchan ni marcharán de la mejor manera, por lo que al final, terminarán alejándose a pesar de que amen a su pareja.


Distancia

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Cambiar de lugar puede ser la condena para algo que se creía eterno. Hay quienes se van a estudiar al extranjero, se van a vivir a otro estado o se mudan a otra parte de la ciudad. El distanciamiento se convierte en algo más que los kilómetros que los separan, las visitas son menos frecuentes, el tiempo libre se emplea de otra manera y muchas veces, aunque el amor se mantenga, el final llega.


Cambios de rutina

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A veces no es mudarse lejos, sino los cambios que suponen nuevos retos y dejar atrás ciertas cosas. Quizá la relación funcionó muy bien pues ambos iban en la misma escuela, pero ahora se encuentran trabajando en distintos proyectos que los alejan y que hacen que los días en los que siempre estaban juntos se vean como los momentos de gloria que no volverán. Esta es una prueba que muchas parejas atraviesan y quienes terminan debido a que las diferencias son cada vez más grandes pueden estar de acuerdo en que la frase “tal vez no se amaban lo suficiente y por eso terminaron” es una completa mentira, pues a veces se intenta de manera sobrehumana hacer que la relación funcione, y aunque ésta no lo haga, no implica que el amor haya disminuido.


Dudas

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Muchas dudas acompañan esos cambios. Uno no sabe dónde se encontrará en un par de años, no sabe si a tan temprana edad ya debe sentirse seguro de que estará con una persona por el resto de su vida, si esa persona tiene otros planes que no implican una relación formal… las dudas pueden seguir ad nauseam y eso no tiene nada de malo. Lo que sí es malo es cuando las dudas se convierten en temores e inseguridad y muchas veces llevan a cometer estupideces como terminar una relación sin siquiera haber hablado con la pareja para buscar una solución juntos.

Fuente: Culturacolectiva


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