Monica Lewinsky nació en California, Estados Unidos el 23 de julio de 1973. Durante los años 1995 y 1996 se vio envuelta en un escándalo luego de que el presidente de Estados Unidos para ese entonces, Bill Clinton, admitiese haber tenido una “relación inapropiada” mientras Lewinsky trabajaba como becaria no remunerada en la Casa Blanca, a la edad de 22 años. El escándalo saturó la cobertura de los medios de comunicación de los más faranduleros asuntos de la política pública y fue utilizado para enlodar la política Clinton, planteando serias dudas entre el carácter de lo público y lo privado.
Ahora esa joven becaria ya ha pasado la barrera de los cuarenta, y cuenta con sus palabras que en la época en la que saltó el escándalo se le pasaron por la cabeza incluso ideas suicidas. Por muchos años se pensó que el silencio que guardó Lewinsky sobre el asunto fue consecuencia de una aportación económica por parte de la familia Clinton. Sin embargo, esta hipótesis quedó descartada cuando la propia Monica publicó en la edición americana de la revista Vanity Fair que el motivo ahora al contar su versión de los hechos es darle un propósito a su mediático pasado.
“Rechacé ofertas que me hubiesen reportado más de diez millones, porque no sentía que fuera lo correcto”. Con este ejemplo Lewinsky relata sus dificultades para encontrar un empleo durante su paso por Londres, Los Ángeles o Nueva York, y cómo o no era lo suficientemente adecuada para un puesto de trabajo o era buena “por todos los motivos erróneos”.
Aunque en un primer momento probó suerte como imagen de una dieta de adelgazamiento, presentó un programa de telerrealidad e incluso se la vio en una alfombra roja de los Oscar, poco se ha dejado ver desde su participación en 2007 en el programa 20/20 en el que pedía perdón públicamente a Hillary y Chelsea Clinton.