La protesta se produjo en respuesta al cierre de la frontera por parte de la República de Macedoniaa todos los refugiados que no procedieran de Siria, Afganistán o Irak. Los refugiados considerados «forasteros», es decir, aquellos procedentes de Irán, Pakistán, Palestina, África y otros lugares, se negaron a abandonar el cruce fronterizo, lo que provocó aglomeraciones de personas en los pasos. Miles de migrantes y refugiados están atrapados en Idomeni, la zona de amortiguación de la frontera entre Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia, soportando las gélidas temperaturas de la zona. El lunes, al menos diez iraníes iniciaron una huelga de hambre cosiéndose la boca. Solicitan que se abra la frontera y les permitan acceder al país vecino. La protesta ha ganado fuerza y cada vez son más los inmigrantes que se han sumado a ella cosiéndose la boca, según informan los voluntarios que trabajan en la región.
Entre tanto, varios equipos de construcción llegaron a la frontera de la República de Macedonia para levantar una valla de seguridad a lo largo de sus confines territoriales, gesto que ha aumentado considerablemente la presión política en Europa.
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