Existen realidades vacías, enfermas, trastocadas, perdidas… tan ajenas a la realidad que abunda en la mayoría de las calles del mundo, en donde gran parte de la población trabaja muchas horas para conseguir un sueldo con el que ojalá poder llegar a fin de mes, mientras desde un lugar incluso más carente, otros mueren de hambre y pasan frío intentando conciliar el sueño en las calles de las grandes ciudades.
Osvaldo Campos Azócar, es el hombre de 42 años, que estos días pasó de ser un desconocido veterinario, a ocupar las portadas de noticieros y periódicos debido a su descontrol, producto de un padecimiento inentendible para quienes no viven en la abundancia. Osvaldo llevaba tres días seguidos jugando en el Casino, había perdido los millones que la mayoría no gana en un año (entre 15 y 18 mm se presume)…no podía dejar de jugar, de tentar a la suerte, de obsesionarse con ganar y probablemente volver a apostar…
Osvaldo fue el desalmado que por perder los millones que él mismo decidió poner en juego, se suicidó con un medicamento para la eutanasia, no sin antes disparar de forma correcta y bien direccionada en contra de dos trabajadores que murieron en el acto y aterrorizar al resto del personal del Casino disparando sin control por lo menos 20 veces.