El alemán Daniel Ruda, que ha estado tras las rejas durante 16 años, era conocido por disfrutar durmiendo en cementerios británicos. Ahora saldrá en libertad con el nuevo nombre de Daniel Wegner.
Daniel y su esposa, Manuela, pasaron unas vacaciones en Inglaterra y Escocia, durmiendo en cementerios y asistiendo a fiestas de adoración al diablo.
Ruda, quién había afilado sus dientes para tener apariencia de vampiro, fue sentenciado en 2002 y ganó notoriedad mundial por el asesinato de un amigo en 2001, en lo que calificó como un «sacrificio satánico».
El panadero Frank Hackert fue apuñalado 66 veces en un ataúd que la pareja utilizó como mesa de centro en su hogar en Bochum. Ambos se unieron después bebiendo su sangre.
En la corte admitió el «sacrificio satánico» de Frank Hackert en el hogar que compartieron en Bochum en 2001. Manuela fue sentenciada a 13 años por su papel y desde entonces ha sido liberada de una unidad psiquiátrica, pero sigue recibiendo tratamiento. Se le ha dado una nueva identidad y no tiene más contacto con su ex marido.
Ruda, que trabaja como bibliotecario en una prisión cerca de Dortmund, había solicitado el año pasado que se le permitiera reincorporarse a la sociedad. Su abogado, Hans Reinhardt, dijo en ese momento: «Queremos demostrar que no es un hombre peligroso. En la cárcel no toma drogas, no bebe alcohol. Su madre, que tiene 75 años, lo visita con regularidad y sólo tiene un deseo: ver a su hijo libre antes de morir».
Doris Hackert, madre del difunto, dijo: «Espero que no lo dejen salir. Sería una pesadilla para mí si lo dejaban salir».
La pareja dijo que había elegido a su víctima para el sacrificio porque les parecía que era un tipo «tan divertido» que «sería el bufón perfecto para Satanás».
¿Se habrá alejado de sus idas satánicas? Muchos tienen miedo de que quede en libertad.