Hang Mioku se volvió adicta a las cirugías por lo que los médicos ya no quisieron operarla más. Ella recurrió a inyectarse silicona y aceita de cocina y su rostro cambió radicalmente, pero antes lucía muy hermosa.
La belleza es un ideal al que muchas personas alrededor del mundo persiguen. Existen personas que se obsesionan y hacen de todo con el solo objetivo de lograrla. Ese fue el caso de la exmodelo coreana Hang Mioku. Ella tenía una gran adicción a las cirugías plásticas y a inyectarse silicona. Todos le aconsejaban que no se exceda, pero ella no hizo caso. Se obsesionó tanto que los médicos empezaron a preocuparse por su salud. Las facciones de su rostro cambiaban y se ensanchaban a un nivel alarmante. Por tal motivo, los médicos ya no quisieron seguir haciéndole más cirugías. Pero a ella nada la pararía.
Hang Mioku tuvo que recurrir a otras formas alternativas para satisfacer su adicción. Ella buscaba la perfección a toda costa. Nadie se interpondría en su camino. Entonces, se inyectó una botella entera de silicona en el rostro y, luego, recurrió al aceite de cocina. Como consecuencia, su rostro cambió radicalmente.
Su caso dio la vuelta al mundo y se convirtió en viral. Muchos canales de televisión buscaban entrevistas con la joven para conocer los motivos de su terrible adicción. Cientos de personas realizaron una colecta para que la joven pueda operarse.
En las primeras 10 intervenciones, los cirujanos retiraron 60 gramos de silicona, aceite y otras sustancias de su rostro, además de 200 gramos de silicona de su cuello. Pero pese a todo su rostro no cambió mucho.
Muchas personas se preguntaban por qué se hizo adicta a las cirugías si ella era muy bella. Así lucía Hang Mioku: