El protagonista de esta historia es Bob Carey, tiene 56 años de edad y jamás se imaginó que lo que un día comenzó como algo divertido y quizás para muchos “ridículo”, se iba a convertir en un proyecto muy serio. Nunca pensó que daría la vuelta al mundo con ese tutú rosa puesto ni tampoco que un avión tendría su nombre.
Esta historia es muy emotiva. Linda, la esposa de Bob, fue diagnosticada en el año 2003 con cáncer de mama. Ella es fotógrafa profesional de Arizona con muchos años de experiencia y le encantan los autorretratos. Un día su marido tuvo una iniciativa de posar con un tutú rosa puesto.
Ese momento para Linda fue un motivo para reír y él valoró mucho que en medio de la difícil batalla que estaba librando, tuviera alegría suficiente para sonreír sin parar.
Linda compartió la foto con sus compañeros que también recibían tratamiento. Cautivó a todos los presentes y sacó tantas sonrisas que hicieron otra toma, y luego otra, y otra… Los escenarios podían ser cualquier lugar de los Estados Unidos.
Así nació “Tutú Project” (Proyecto Tutú). Bob comenzó una iniciativa que cumpliría con el objetivo de aliviar a los pacientes de cáncer y a los “impacientes” (sus familiares) con las graciosas tomas de Bob, así como recaudar dinero para la Fundación Carey, que suministra alimentos, transporte y otras necesidades de las mujeres sometidas a tratamientos para el cáncer de mama.
Afortunadamente ha contado con el apoyo de compañías importantes como Deutsche Telekom, quien ha usado sus fotografías en una campaña como imagen corporativa. También la línea aérea Vueling
lo tomó como inspiración de una campaña llamada “Historias que merecen una ovación”. El anuncio ha motivado a muchas personas, puedes verlo a continuación:
Bob y Linda publicaron un libro que se titula Ballerina en septiembre del pasado 2012. Está dedicado a todas las mujeres que padecen esta enfermedad, a aquellas que han sobrevivido, a las que se convirtieron en estrellas en el firmamento y a quienes son la compañía y apoyo de todas las luchadoras.
“El cáncer nos ha enseñado que la vida es buena. El tratamiento de la enfermedad es difícil y a veces lo mejor que podemos hacer es enfrentarnos un día tras otro, reírnos de nosotros mismos y compartir esas sonrisas con otros”, así lo explica Bob en su página web, puedes visitarla aquí.
Sin duda, la historia de Bob y Linda merece una ovación. Es cierto lo que él dice “La risa quizás no cura el cáncer”, pero hace la carga mucho más liviana. El bienestar comienza por la salud emocional y cuando nos reímos, esa descarga de endorfinas que se segregan tienen propiedades curativas.
Yo estoy plenamente convenida, igual que Bob, de que la risa es la mejor medicina.Admiro mucho su trabajo y espero que siga llegando a todo el mundo. Necesitamos más iniciativas así, de algo “ridículo” puede surgir un proyecto grandioso. Puedes visitar el Instagram de Tutu Project aquí.
De hecho, las mejores ideas comienzan con una locura. Bob no tuvo vergüenza y valió la pena que se atreviera.
The Tutu Project
Vía: http://www.viralistas.com