Se encontraron ocho especímenes recogidos de los Himalayas y la meseta tibetana, incluidos huesos, dientes, piel, pelo y muestras fecales, que se decía pertenecían al Yeti o Abominable hombre de las nieves. Sin embargo, las pruebas de ADN demostraron que los restos no tenpian nada que ver con la mítica criatura, sino que provenían de osos e incluso de un perro.
La científica líder, la Dra. Charlotte Lindqvist, de la Universidad de Buffalo, EE. UU., Dijo: «Nuestros hallazgos sugieren fuertemente que los fundamentos biológicos de la leyenda del Yeti se pueden encontrar en los osos locales, y nuestro estudio demuestra que la genética debería ser capaz de desentrañar otros misterios similares. Claramente, una gran parte de la leyenda del Yeti tiene que ver con los osos».
El estudio fue el «análisis más riguroso hasta la fecha» de muestras vinculadas a criaturas míticas «homínidas», dijeron los investigadores.
La leyenda del Yeti es parte del folclore nepalés y data de hace muchos cientos de años. En el siglo XIX los exploradores trajeron la leyenda del Abominable hombre de las nieves hasta occidente.
Se han realizado numerosos «avistamientos» de la criatura y de sus huellas, apoyados por fotos borrosas y secuencias de video en que la silueta del supuesto Yeti parece cualquier cosa. Lo cierto es que a lo largo de los años, nadie ha presentado ninguna evidencia definitiva de que el Yeti sea real.
La nueva investigación mostró que los osos negros asiáticos, los osos pardos del Himalaya y los osos pardos tibetanos habían contribuido al mito. Una de las muestras investigadas por el equipo del Dr. Lindqvist era una reliquia monástica que consistía en un trozo de piel conservado de la mano o la garra de un Yeti. Otro era un fragmento de hueso del muslo del cuerpo descompuesto de una de las criaturas encontradas en una cueva tibetana. La muestra de piel resultó ser de un oso negro asiático y el hueso de un oso pardo tibetano.
Además de explotar el mito del Yeti, la investigación ha descubierto información sobre la historia evolutiva de los osos asiáticos. El Dr. Lindqvist dijo: «Los osos en esta región son vulnerables o están críticamente en peligro desde una perspectiva de conservación, pero no se sabe mucho sobre su historia pasada. Los osos pardos del Himalaya, por ejemplo, están en grave peligro de extinción. Clarificar la estructura de la población y la diversidad genética puede ayudar a estimar el tamaño de la población y elaborar estrategias de manejo».
El análisis mostró que a diferencia de los osos pardos tibetanos, que tienen primos cercanos en América del Norte y Eurasia, los osos pardos del Himalaya tenían un linaje evolutivo propio.
Un período de glaciación hace 650,000 años puede haber causado que los osos del Himalaya se separen del resto de sus parientes, creen los científicos.
«La investigación genética adicional sobre estos animales raros y elusivos puede ayudar a iluminar la historia ambiental de la región, así como a tener una historia evolutiva en todo el mundo, y muestras adicionales de ‘Yeti’ podrían contribuir a este trabajo», dijo el Dr. Lindqvist.
Pese a que los supuestos restos del yeti eran abominables engaños, salió algo bueno de toda esta investigación, respecto a la conservación e historia evolutiva de los osos del Himalaya.
Fuente: Mirror
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