Tatuarse la piel es un asunto serio; si no se tienen los cuidados necesarios pueden aparecer terribles consecuencias que incluso ocasionan la muerte. Es lo que le sucedió a un hombre de 31 años, quien murió tras darse un baño en el en el Golfo de México con un tatuaje recién hecho.
El bañista, originario de Texas, no acató las recomendaciones de su tatuador y contrajo el virus Vibrio vulnificus, que habita en el mar y es resistente a la sal marina. Se dice que el hombre padecía una enfermedad hepática por el consumo de alcohol, que impidió a su sistema inmune atacar al virus.