El mundo de las relaciones es complicado. El trayecto que se realiza desde conocer a alguien hasta llegar a buen puerto puede ser igual que atravesar un campo minado; cualquier paso en falso puede activar una granada y ¡Kaboom! Game Over.
Incluso, muchas veces, una de las dos persona termina con el corazón roto.
Si bien hay ciertas cosas que no se pueden controlar (como el tan conocido «miedo a engancharse»; si te mueve el piso, te va a mover el piso independientemente de tu voluntad) sí existen señales que nos pueden servir como un alerta de precaución en caso de que lo que estamos buscando sea una pareja seria y comprometida.
Te clava el visto en el chat de Facebook o en el WhatsApp: No vamos a pedir que nos conteste inmediatamente o que sea un esclav@ del teléfono celular. Pero si reiteradas veces te deja saber que leyó tu mensaje y que prefirió ignorarlo… Bueno, eso ya es una cosa completamente diferente.
Por tu dignidad y tu salud mental, no te conviertas en un/a loc@ compulsivo al estilo de: «¿Hola?» «¿Estás?» «¿Te llegó mi mensaje?» «Acabo de ver que lo leíste». Por favor, no insistas.
Eres la chica o el chico de los viernes: Antes de pensar que tienes suerte y que por lo menos sacrifica un día del fin de semana para verte, piensa que, si solo aparece una vez por semana y luego no da señales de vida, es porque claramente no considera que esté inmers@ en una relación comprometida. O, lo más probable, no crea ni siquiera que esté en una relación.
Tal vez algo así de distendido y relajado sea justo lo que estés buscando y hasta puede resultarte cómodo. Lo importante es que seas plenamente consciente de las condiciones en las cuales te encuentras y no estés viviendo una fantasía que sólo está en tu cabeza.
Sos el gestor de todos los planes: La otra persona no muestra iniciativa ni tampoco aparece por sí sola. Puede que diga que sí cuando l@ invites a salir, pero siempre sos vos quien tira la primera piedra.
Esto no significa que un vínculo así no sea sostenible (de hecho, hasta puede gustarte ser quien proponga las coordenadas de la cita: tu día libre, tu bar preferido, tu horario más conveniente, etc.) pero no te sorprendas si cuando haces la prueba de que «aparezca él/ella» te quedes esperando en vano.
Su entorno es una incógnita: ¿Estás hace meses con esa persona y todavía no sabes dónde vive? ¿No sabes a dónde sale todos los fines de semana? ¿Cuál es su bar de cabecera? ¿No conoces a su mejor amigo? ¿No tiene intenciones tampoco de presentarlo? Salí corriendo. No porque podría ser un asesin@ serial, sino porque no tiene ningún interés en profundizar la relación.