Antes de sufrir un infarto, el cuerpo nos manda señales por lo menos dos semanas antes, como sudoración fría, dolor de pecho y fatiga idiopática, entre otros.
Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Sin embargo, el 90% de las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir con ayuda de una alimentación balanceada, ejercicio y dejar los malos hábitos como el fumar, tomar bebidas alcohólicas y las amanecidas innecesarias.
Los infartos, se puede prevenir cambiando el estilo de vida y además, el cuerpo nos manda señales dos semanas antes como prevención. Muchas personas confunden estas señales como síntomas de un resfrió o de nerviosismo.
Aquí te bridamos algunas señas que el cuerpo nos manda para advertirnos que podríamos sufrir un infarto ¡toma nota!
1. Presión en el pecho
No deberías ignorar la presión o el dolor en el pecho. Es una clara señal de que tienes un problema cardiaco que necesita de cuidado inmediato. El dolor frecuente de pecho es una señal de que puede suceder un infarto en cualquier momento.
2. Falta de aliento
El corazón y los pulmones trabajan en conjunto, así que los problemas que presente un órgano pueden influir en los problemas con el otro.
3. Fatiga idiopática
Si te despiertas ya cansado y sientes la falta de fuerzas para realizar tus tareas diarias normales, puede ser una señal de que se acerca un infarto.
4. Síntomas de gripe o resfriado
Podría sonar extraño pero la mayoría de pacientes que sobrevivieron a un infarto afirman que sintieron los síntomas de una gripe o un resfriado antes de enfrentarse a un infarto.
5. Sudoración fría
El sudor frío y húmedo es un síntoma bien conocido de un infarto. Significa que tu corazón no obtiene suficiente sangre oxigenada. Tu cerebro comienza a sufrir de falta de oxígeno y tiene falla de circulación sanguínea por lo que tu consciente se presenta en un estado de confusión y no se le presentan claras las cosas, presentando un sudor frío en tu frente.
6. Cambios de humor
Una sensación de un miedo sin sentido que no te deja es una señal de una falta de oxígeno. Si tu humor cambia abruptamente de estar calmado a feliz a ansioso sin ninguna razón, puede ser que tu organismo te esté advirtiendo sobre un inminente infarto.