Para el viajero ejecutivo que busca intimidad o la pareja separada por la distancia que necesita dejar salir la tensión sexual, el alivio se podrá encontrar en un gel de alta tecnología. Con unos cuantos chorritos de un bio-gel que contiene miles de millones de nanobots, y una conexión a wifi, se pueden lograr orgasmos mutuos mediante una capa de ectoplasma que cambia de forma.
Pero las personas que están a cada lado de este juego sólo interactúan si es que sus análisis de ADN dan como resultado que son compatibles. Entonces, el participante es seleccionado con la ayuda de una cita holográfica y un beso de realidad virtual.
Puede sonar como el producto de una sobreexcitada lluvia de ideas de Silicon Valley, o como un guión para la última distopía hollywoodense, pero es así como el sexo podría lucir hacia mediados de este siglo, de acuerdo con los organizadores de un festival de tecnología que se realizará en Londres en septiembre de este año.
El FutureFest es un evento diseñado para explorar cómo la tecnología impactará a la sociedad durante los próximos 30 años. Esta vez, el festival pondrá su mirada en el auge de la innovación científica al servicio del sexo y las relaciones de pareja.
El crecimiento del mercado de los juguetes sexuales a nivel global, se considera una evidencia de un reciente relajo para incluir a la tecnología en el dormitorio. Pero los expertos afirman que esto es sólo el comienzo de su efecto transformador en las vidas de los amantes.
Algunos esperan que la vida sexual de muchas personas mejore con estos nuevos inventos, que van desde compatibilidades de pareja basadas en ADN, hasta toda clase de artilugios para estimular a las parejas aunque no estén en el mismo lugar. Otros, sin embargo, pueden ver este progreso como un intento de reemplazar la verdadera conexión humana por una dependencia de las máquinas.
Ghislaine Boddington, curadora de la sección «el futuro del amor» en FutureFest, dice: «La finalidad es una mirada, no a las actualizaciones que están por aparecer, sino a 30 años hacia el futuro, para expandir el horizonte».
«La forma en que nos conocemos por primera vez o interactuamos con la gente, perfectamente puede involucrar una cita con un holograma o una ventana virtual hacia el dormitorio de tu novio. Y la forma en que nos damos placer unos a otros se transformará. Si nos podemos enviar correos electrónicos, ¿por qué no podríamos enviarnos vibraciones? Hay mucho que hablar acerca del Internet genital; dispositivos que conectan nuestros cuerpos desde adentro», agrega Boddington.
Ya existen productos que transmiten los latidos del corazón de la pareja hacia un pequeño parlante por debajo de la almohada, o dispositivos sexuales con control remoto mediante una aplicación de smartphone, pero los inventores quieren desarrollar implantes que se activen cuando alguien está pensando en su pareja.
Eventualmente, los juguetes sexuales pueden volverse más líquidos que sólidos, con el desarrollo de geles que contengan robots microscópicos que cada amante aplicaría en sus genitales y zonas erógenas, para estimularse uno al otro, mientras los nanobots responden a las instrucciones enviadas a través de Internet. Boddington dice: «Puedes responder sexualmente a tu pareja a través del gel, sentir y realzar los orgasmos de cada uno. Falta mucho para que sea realidad, pero hay quienes están trabajando en ello».
Mediante realidad virtual, la industria del porno ya está usando equipos de cascos VR y 3D para recrear un mundo virtual, con dispositivos que estimulan directamente los genitales [más precisamente el pene; estos dispositivos fueron creados para hombres].