Si el destino era que eso funcionara, entonces habría funcionado.
Cuando las cosas salen mal, lo primero que escucharás de la gente será “todo pasa por una razón”, así que escucha. Eso no es un dicho genérico diseñado para hacerte sentir mejor ni un cliché que viene de quien gusta dar consejos que nadie pide. Esa es la pura realidad.
Nunca encontrarás a la persona correcta si sigues atado a quien no debes.
Está claro que cualquier cosa que esa persona hizo para arruinar la relación, fue algo que no debió suceder, de modo que si continuas regresando a lo mismo con esa persona que te traicionó, te perderás la oportunidad de reconocer a tu contraparte perfecta cuando finalmente aparezca. Si sigues de ese modo, será como tener una venda en los ojos.
Esa persona seguirá hiriéndote.
Hay una frase popular que reza: “Haz algo una vez y es accidente. Haz lo mismo dos veces y es a propósito”.
Si constantemente estás escuchando una disculpa por la misma razón, nunca le verás el final a ese asunto. Al cabo, te decepcionarás de manera continua al creer una y otra vez las falsas promesas que siguen a la disculpa de siempre.
El respeto nunca se reparará.
Es un hecho: nunca superarás el dolor. Intentar olvidarlo es como dar dos pasos adelante y uno hacia atrás. No es posible que intentes seguir sin que los recuerdos amargos bombardeen tu mente cada vez que miras a los ojos de esa persona. La verdad es que esas sensaciones nunca se irán.
Jamás volverá a ser lo que fue al principio.
Una vez que una relación termina, no hay manera en este mundo de volver a la felicidad de la fase de luna de miel. Eso es imposible justo como lo es volver a confiar en una persona que te engañó o traicionó.
Hay alguien mejor esperando por ti.
Ya verás que encontrarás a alguien que te respete y te haga preguntarte a ti mismo por qué te empeñaste a desperdiciar tu vida y tu tiempo en el pasado. Esta persona hará que la vida parezca más sencilla y no traerá nada más que satisfacciones a tus días.