Luego de un intenso día son muchos los que esperan el momento de llegar a sus casas y poder descansar. Sin embargo, hay factores que pueden impedir que esto sea placentero para el cuerpo.
Las preocupaciones actuales pueden provocar insomnio, uno de los trastornos del sueño más comunes. Además, dependiendo de la edad que se tenga, las horas de descanso que requiera el cuerpo van cambiando.
De esta forma, un adolescente puede requerir dormir 10 horas, mientras que un anciano sólo 6, por ejemplo. Es por eso que es fundamental saber cuáles son las necesidades que tiene cada organismo.
Sin embargo, hay veces en las que se descansa el tiempo que se piensa es el adecuado, pero al despertar la sensación de cansancio es la misma.
Según indican algunos expertos, si ocurre algo así puede deberse a la posición que se adopta cuando se duerme.
Así lo señalan algunos datos recogidos por la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, en donde se concluye que quienes duermen de costado son propensos a sentir dolores de hombro, de cadera y tener reflujos.
Por otra parte, los que descansan boca abajo ejercen presión sobre todo el cuerpo, lo que puede ocasionar que la persona amanezca sintiendo hormigueos, dolores de espalda y de cuello.
Es por eso que la posición adecuada para dormir es de espalda, pues el cuerpo ejerce una presión neutral y además se evitan los reflujos, ya que la cabeza estaría sobre el nivel del resto del cuerpo.
No obstante, Shelby Harris, experta en medicina del sueño y profesora de la Facultad de Medicina Albert Einstein, explicó que dormir de espalda puede aumentar las posibilidades de roncar y por lo mismo no es recomendable en casos de personas que padecen apnea.
«Aunque se aconseja comúnmente que dormir boca arriba es la mejor posición, la comodidad es la clave», explicó, añadiendo que «Si tiene dolor o está incómodo desde su posición de sueño, definitivamente puede afectar la calidad de su sueño».
¿Sientes que puede ser tu caso?