El estrés en el último tiempo ha sido uno de los principales causantes de alteraciones y enfermedades de todo tipo en gran parte de la población. Exceso de trabajo, alto ritmo de vida, deudas y exigencias propias de la era moderna son algunos factores que conducen a sufrir de estrés y llevan a muchas personas a sucumbir ante esta enfermedad moderna.
Sin embargo, existen dos formas de enfrentarlo que pueden rastrearse desde el inicio de los tiempos, algo que ha sido denominado como «luchar o huir». Si bien esta definición no deriva del campo clínico propiamente tal, se pueden distinguir dos tipos de estrés: uno con significado o propósito y otro que carece de éste.
De acuerdo a la doctora Kelly McGonigal, psicóloga de la Universidad de Stanford y reconocida oradora de Ted Talks, el estrés no es necesariamente algo dañino, ya que puede ser el indicador de una vida con propósitos. De hecho, de acuerdo a estudios, aquellas personas que aceptan el estrés y lo entienden como algo factible de ocurrir, logran llevar una vida más fluida sin asimilar los efectos negativos del estrés, lidiando positivamente con diferentes circunstancias.
De igual manera, las investigaciones concluyen que aquellas personas que tienen algún proyecto a su cargo u objetivos claramente definidos por los cuales trabajar, son quienes mayores niveles de estrés reportan. Esto, dado que usualmente tienen personas a su cargo y deben lidiar con importantes obligaciones, generándose lo que denominamos estrés significativo. Sin embargo, este estrés no se traduce en problemas de salud.
En cambio, de acuerdo a la doctora McGonigal, el verdadero estrés dañino se presenta cuando un individuo se encuentra en una situación que no es de su agrado, contra su voluntad y no tiene control sobre lo que está ocurriendo. Esto en oposición al estrés significativo, el cual se entiende como los esfuerzos y el trabajo para conseguir algo anhelado.
A nivel de salud, el estrés sin propósito genera una mayor producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina, los cuales en caso de presentarse de manera crónica provocan fallas en el sistema inmune. Asimismo, estar sometido a este tipo de reacción tiende a aumentar la presión mental, generándose un círculo vicioso de estrés que puede conducir a patologías mentales como la depresión y cuadros de angustia.
El psicólogo Jordan Peterson va más allá y dice que el sistema nervioso está entonado para decirte que lo que haces es bueno para ti, para tu familia, y para el mundo en general; como una suerte de mecanismo homeostático: «la forma en la que te lo dice es revelándote que lo que haces es significativo, el sistema nervioso se ha adaptado a existir en el borde entre el caos y el orden».
Finalmente, cabe señalar que llevar una vida sin estrés es prácticamente imposible y también una situación no completamente positiva, ya que conduce a una vida sin estímulos ni presiones, generando un estado de equilibrio estático, en el cual no hay motivaciones ni objetivos para vivir.
Con información de Pijama Surf.