Tarik nació en Uttar Pradesh, en el norte de la India. Desde pequeño tuvo manos grandes, pero el fenómeno se fue incrementando hasta que ahora, a los 12 años, sus manos superan los 30 centímetros.
En su pequeña aldea lo llaman «el diablo» porque sospechan que su malformación es producto de una maldición. Tarik no ha recibido un diagnóstico médico porque su familia, con su padre muerto, no puede costear el traslado a un consultorio. Pero los profesionales que han visto sus fotos creen que puede tener una enfermedad similar al llamado «pie de elefante».
La vida del niño es cada vez más difícil. «Tenía algunos pocos amigos, pero ahora no me queda ninguno», comentó Tarik a la prensa, según recoge el diario Daily Mail. «La gente tiene miedo de mis manos. Quiero estudiar pero la escuela me rechazó la admisión».
«Depende totalmente de nosotros para vivir«, agregó su tía Pushpa, que confía en que su condición vaya mejorando, aunque no sabe cómo.
«Su problema es totalmente extraño, un misterio. Nunca vimos un paciente así«, comentó el doctor Pawan Kumar Gandhi, que recomendó a la familia que visiten un hospital en una ciudad más grande para tener un diagnóstico más certero. Pero la familia de Tarik no tiene dinero.
Tarik sólo sueña con «liberarse» de su enfermedad y tener manos normales «para poder ir a la escuela y jugar como el resto de los niños».