¿Es posible el trasplante de útero en hombres?

Los adelantos científicos pronto podrían hacer realidad la implantación de un útero en el que pueda crecer un bebé en dos grupos de personas: las mujeres que nacen sin el órgano y las transgénero

¿Es posible el trasplante de útero en hombres?

Autor: Priscilla Villavicencio

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Los adelantos científicos pronto podrían hacer realidad la implantación de un útero en el que pueda crecer un bebé en dos grupos de personas: las mujeres que nacen sin el órgano y las transgénero.

El siguiente grupo en la fila es el de los hombres y no hay razones para pensar que el hito es imposible.

Las anatomías sexuales del hombre y de la mujer no son tan distintas y las operaciones de cambio de sexo lo demuestran. No hay limitaciones biológicas insuperables que imposibiliten que el hombre pueda tener en el futuro un vientre fértil en el que darle vida a un hijo.

Karine Chung, doctora en fertilidad de la Escuela Keck de Medicina de la Universidad del Sur de California, pone un plazo de 10 años, e incluso menos, dependiendo del esfuerzo que se haga en busca del objetivo.

Se estima que 1 de cada 5000 mujeres, el 0,02 %, nace sin vagina y útero, un trastorno congénito denominado Síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser. Ello significa que sobre el planeta podría haber más de 700000 mujeres con esta anomalía. Su vida es sicológicamente muy dura, dado que a la carencia bilógica, deben sumar el rechazo a la hora de conseguir pareja.

La ciencia médica sueca dio el primer paso en la implantación de úteros en mujeres. Lamentablemente, de las 9 mujeres operadas, a 2 hubo que removerles el órgano, 4 quedaron en estado pero perdieron el bebé prematuramente y las 3 restantes aún no han concebido.

Recientemente, la Cleveland Clinic tomó el testigo y comenzó a hacer el complicado trasplante en mujeres que nacieron sin útero.

Otra población que podría verse beneficiada por el adelanto es el de las mujeres transgénero. Ya estas personas pueden tener una vagina implantada, senos capaces de lactar y están en capacidad de adaptar su bioquímica corporal para la generación de hormonas femeninas. Falta el útero.

Para los varones, el proceso sería más complicado. Aparte de la introducción de la matriz, habría que crear un conducto vaginal y acondicionar la pelvis. La fertilización tendría que ser in vitro y otro de los grandes retos sería reemplazar las hormonas masculinas por las femeninas.

A las limitaciones anatómicas y biológicas se unen las sicológicas. La mayoría de las mujeres, incluyendo las transgénero, desean y están espiritualmente preparadas para la concepción, no así el hombre.

Sin mencionar la intensa polémica que se desencadenaría por las consideraciones éticas.

Via Batanga


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