Es sabido que las estrellas del deporte más popular del mundo ganan millones y millones, con cifras casi pornográficas para un trabajador como usted o como yo. Pero este mundo de lujos extremos también van de la mano con excesos en todos sus ámbitos. Por esto, la lista de cracks que han pasado de jugar a la pelota, a terminar arriba de ella es tan larga, que hoy les dejamos 3 de los casos más emblemáticos.
- La lista la lidera sin contrapeso, Diego Armando Maradona, que comenzó a consumir cocaína cuando llegó al Nápoles italiano, donde hoy es considerado casi un santo en vida. Desde ahí los intentos por dejar de consumir han sido tantos como sus buenos momentos como el tremendo futbolista que fue. Ha sido suspendido de mundiales, se ha internado en Cuba, ha estado a punto del colapso total, pero el Diego sigue ahí, jugando arriba del balón.
- Paul Gascoine ha sido uno de los mejores jugadores que han vestido la camiseta de la selección inglesa. El Crack, genio y figura no pudo soportar la presión y lentamente se sumergió en el vaso sin fondo del alcoholismo. Su adicción fue directamente proporcional a su merma física, y hoy ya retirado, se le ha visto varias veces en condiciones deplorables tirado en la calle, preso absoluto de la botella maldita.
- El alcoholismo y la cocaína se llevó a una de las más grandes figuras del Manchester United y de Irlanda del Norte: George Best, conocido a fines de los sesentas como “el quinto Beatle”. Con una personalidad muy extrovertida, dejó frases como: “En 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida”. El ex jugador se burlaba de su problema, ya que continuaba por ese camino a pesar de tener un trasplante de hígado. “Gasté mucho dinero en licor, mujeres y autos de carreras. El resto lo despilfarré”, aseguraba el ex futbolista que falleció internado en un hospital de Londres con problemas de riñón, a los 59 años.
Estos 3 casos son los más vistosos por la calidad del crack en cuestión, pero la pelotita y los lujos han atrapado a varios más, que luego de los 90 minutos de fútbol siguieron jugando, pero en la delgada línea blanca de las drogas.
Fuente: Departamento de recreación y deportes Cañamo F.C.