Pienso que cualquier persona con una capacidad cognitiva relativamente decente, se daría cuenta de que este mundo no es justo. Y hay un montón de cosas que no son justas y nunca lo serán: una de ellas son los cortes de pelo.
Lamentablemente no a todos les queda bien un mismo corte de pelo, porque sí, hay gente linda y gente no tan linda. Es triste pero es cierto. Las cosas son así, no a todos les queda bien.
Hoy salí a la calle y vi por lo menos a seis hombres con el mismo corte de pelo. Debería haberlos contado, pero deben estar por ahí.
Si usted, estimadísimo lector pensó en este diseño recontra visto de la cabellera masculina con los costados rebajados y la parte de arriba considerablemente más larga, está en lo cierto. Pasa casi siempre que todos los que intentan con todas sus fuerzas ser distintos, terminan siendo como todo el resto.
Le pasó a los Emo, que eran emos porque tenían emociones (?). Le pasó a los screamo que eran emos pero que escuchaban música en donde los intérpretes literalmente gritaban sus canciones y por eso (scream + emo = screamo). Les pasó a los raperos que se fueron lentamente combinando con otras tendencias urbanas tan conocidas y mal ponderadas como los flaites hasta el punto en que uno no sabe dónde empieza uno y termina el otro, y ahora, como es de costumbre les está pasando a los Hipsters.
Los hipsters eran, y por ahí siguen siendo una subcultura urbana. Hacemos la humilde distinción entre subcultura y tribu urbana porque una subcultura si ha introducido a este marco conceptual de lo que es ser “hipster” elementos culturales. Las personas que comenzaron siendo hipsters, y que por decir algo eran más hipsters que los hipsters, eran, simultáneamente consumidores culturales: De literatura, cine independiente, música, revistas y todo lo que estuviese alejado de las corrientes predominantes del mercado.
Comenzaron a tatuarse, y a usar la ropa que nadie usaba. Leían los libros que nadie leía, y cantaban las canciones que nadie conocía. En Chile era bien común encontrarlos en tiendas de ropa americana, de diseños independientes y libros usados. Suena como un buen concepto. Si consideramos que hace años que hay hipsters que no sabían que lo eran, pero que ahora lo saben.
Y es esta nueva oleada, esta nueva tendencia la que se nota e intentaremos conceptualizar en este artículo que como de costumbre, es de lectura bien, bien liviana e intrascendente.
Son estas personas que aún no han descubierto lo sobrevalorado que es Starbucks, le toman fotos a su café y luego, después de varios filtros suben la fotografía a instagram. Algo quedó de estos consumidores culturales que eran grandes lectores, pero los nuevos aún sin saberlo, usan anteojos sin necesitarlos.
Es una moda, es una tendencia estética que tanto en su forma como en el fondo no tiene mucho que mirar hacia abajo a los antiguos pokemones o emos que vivían sufriendo porque la imagen del sufrimiento y la vulnerabilidad era tentadora.
La imagen de ser un consumidor cultural es tentadora. ¿Lo son realmente? No lo sabemos, esperemos que sí. Ahora. Si hablamos de imagen, nada es más sencillo que descubrir a uno, sobre todo a los hombres, porque además del ya mencionado corte de pelo, hay un par de indicadores que nos mostrarían claramente a un hipster chilensis:
- Las camisas escocesas de leñador son infaltables. Y no se detiene ahí, la camisa escocesa debe ir abrochada hasta el último botón porque si no, no sirve.
- Si el susodicho en cuestión, puede tener barba, sin duda lo hará. Y probablemente sea de estas barbas largas que se decoloran con los días. Esta moda la agradezco mucho, siempre he sido una gran entusiasta de las barbas.
- Si puede tener productos Apple, no vacilará en tenerlos. Aunque tenga que endeudarse a 36 cuotas por el nuevo iphone que salga al mercado. Aunque su teléfono esté en perfectas condiciones. Aunque no tenga ni un peso: Esa manzanita tiene un valor socioafectivo inconmesurable.
- No olvidemos los lentes, los lentes de marco negro que algunos ni siquiera necesitan. Mi eterno respeto a aquellos que sí los usan porque-lo-necesitan y han sido confundidos o molestados tantas veces por hipsters siendo que ustedes solo son miopes.
Consejo milenario: El que se adapta demasiado siempre termina por perder su forma.