Amala y Kamala fueron encontradas en el año 1920 en Medinapur, India, cuando tenían ocho y un año respectivamente. Rápidamente los medios bautizaron a estas huérfanas como “las niñas-lobo”. La mayoría de los estudiosos consideran que las crías eran autistas. Amala solo vivió dos años y Kamala, afectada de síndrome de Rett, vivió 17. Respecto a su historia hay mucha controversia: los orígenes de estas dos pequeñas son confusos, y toda la culpa la tiene un director de orfanato, Joseph Singh.

Este hombre comenzó a divulgar la noticia de que las crías habían sido entregadas por un hombre que vivía en la selva y que habían vivido toda su vida en una jaula. Más tarde, en 1926, reveló que él mismo acudió al bosque y encontró a dos niñas en la guarida de una loba. Según su testimonio escrito en diarios, las crías, que caminaban a cuatro patas, no dejaban que nadie se acercara a ellas: eran muy agresivas. También contó que su máxima actividad se daba por la noche, que comían carne cruda en el suelo, que dormían acurrucadas como animales e incluso se aventuró a decir que habían desarrollado colmillos y que veían de manera extraordinaria en la oscuridad.

La mayoría de estas anomalías han sido dadas por falsas por la comunidad científica así como también por el médico del orfanato, que habló años más tarde. El rumor y la leyenda se fue extendiendo hasta el punto de que las dos niñas se hicieron famosas, y su orfanato también: muchas personas acudían a ver a “las niñas salvajes”.

Las fotografías históricas muestran efectivamente a niñas a cuatro patas, comiendo carne cruda directamente del suelo, escalando árboles o durmiendo sobre paja. Todo estaba orquestado por el propio Singh, que les hacía ponerse de esta manera para sostener su historia.

De hecho, según varios testimonios tardíos, el director de este orfanato incluso llegaba a pegar a Kamala (que recordamos que tenía retraso mental) para que ella hiciera su papel delante de los visitantes que acudían a ver este extraordinario caso. ¿El objetivo? Obtener donaciones de dinero aprovechando esta inusual historia.

El fraude de Singh, que utilizó para lucrarse el mito de “los niños lobo”, ha sido ampliamente analizado en el libro “L’enigme des enfants-loup” publicado por Serge Aroles en 2007. Y es que científicamente se sabe poco de losniños ferales: ha habido mucho caso falso y de los reales, no se ha llegado a poder investigar todo lo deseable. El caso real más investigado es el de John Ssabunnya, que se crió en Uganda junto a los monos durante 12 años en la selva.
