Los televidentes del condado de Orange (California, EE.UU.) quedaron impresionado por la retransmisión de una alerta televisiva que predecía un anunciar el fin del mundo.
En los medios sociales aparecieron muchos videos que reproducían ese momento, en el que se escuchó una voz masculina que decía: «En los últimos días vendrán tiempos extremadamente violentos».
Las compañías de cable culparon de este incidente a unas emisoras de radio que realizaron una emisión de prueba. Como una o dos estaciones no habrían enviado la señal para finalizar ese ensayo, apareció en la transmisión televisiva.
No queda claro si este acontecimiento está relacionado con las predicciones sobre el próximo fin del mundo, que algunos estiman que tendrá lugar este 23 de septiembre.
En esta ocasión, la fecha del fin del mundo no viene del pueblo americano, sino de la Biblia, el texto sagrado del cristianismo, que supuestamente esconde las claves para interpretar cuándo llegará el apocalipsis profetizado. Y el caso es que está a la vuelta de la esquina, solamente un día después del inicio del equinoccio.
Se ha considerado que el eclipse total del pasado 21 de agosto es un signo de que se acerca el apocalipsis profetizado. «Cuando el eclipse empiece el 21 de agosto, el amanecer será oscuro, como predijo Isaías, y a esa luna se le llama «luna negra»».
Es entonces cuando llega la cuestión del número 33: «La «luna negra» ocurre una vez cada 33 meses […] y, no por casualidad, el eclipse ha empezado [en su paso por Estados Unidos] en Oregón -el estado número 33- y ha acabado en el paralelo 33, en Carolina del Sur». No se acaba ahí la cosa. «Un eclipse de estas características no ha ocurrido desde 1918, que fue hace 99 años, es decir, 33 veces tres».Y algo más: El 23 de septiembre, fecha del supuesto fin del mundo y solo un día después del inicio del equinoccio, es, precisamente, 33 días después del eclipse solar.