Las ballenas azules deciden muy conscientemente cuándo merece la pena abrir la boca para comer. No todos los bancos de krill merecen su esfuerzo.
Un vídeo asombroso, grabado por un dron de los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, muestra claramente cómo escoge comer o pasar de largo entre sus pequeñas presas.
La razón radica en que abrir sus colosales bocas supone un gasto de energía tan grande que les agota.
Leigh Torres, la investigadora que dirigió la expedición a Nueva Zelanda que capturó este vídeo, explica que las presas y el inmenso volumen de agua que entran provocan que su velocidad se reduzca de golpe. Con un peso que ronda las 120 toneladas, no es fácil volver a hacer ese gasto de energía. Por eso luego cuando avanza el vídeo vemos que desprecia un banco de krill más pequeño, por muy suculento que le parezca.
Los investigadores afirman que el documento visual ofrece una nueva perspectiva de cómo comen las ballenas. Anteriormente, se había grabado su caza desde helicópteros o barco pero el ruido trastorna su comportamiento. Con los drones silenciosos, nada les perturba. Ve el impresionante video acá.