Catt Gallinger, de Ottawa, Canadá, decidió hacerse un tatuaje en la zona esclerótica o córnea del ojo para cambiarla de su característico color blanco a un color púrpura. Hoy lo considera un error enorme.
La ex-nutricionista, de 24 años de edad, experimentó el procedimiento hace cuatro semanas y ahora está luchando por recupera la vista de uno de sus ojos.
La modificación de la esclerótica consiste en que un especialista inyecta un líquido en el globo ocular para manchar la parte blanca del ojo. Este procedimiento se ha vuelto popular entre los aficionados a la modificación corporal.
Catt contó que luego de hacerse el procedimiento, su globo ocular comenzó a exudar el líquido púrpura. Preocupada, fue al hospital donde le dieron una dosis de gotas antibióticas.
Las impactantes fotografías muestran cómo su ojo reaccionó a las gotas, hinchándose como un globo. Los médicos le dieron gotas de esteroides, para detener la inflamación pero, después de tres semanas, su dolor y visión borrosa permanecía y el líquido púrpura parecía estar agolpándose alrededor de su córnea.
Su intención para hacer esto es sus ojos fue, en un comienzo para «sentirse más a gusto con su cuero». Ahora, sin embargo, comparte estas imágenes para advertir a la gente que no lo intente, dada la peligrosidad que implica.
La ex modelo dijo que ha cancelado cualquier trabajo futuro y que ha gastado mucho dinero en medicina durante las últimas semanas. Los médicos y su cirujano le han dicho que su vista no va a mejorar.
Aconseja que si, pese a ver por lo que ella ha pasado, la gente decide seguir adelante con esto, no solo deben revisar al artista, sino preguntar a su cartera de clientes, para recabar datos sobre experiencias anteriores.
Por ahora, todo indica que perderá por completo la visión, o que verá absolutamente borroso en adelante. Ella solo espera que una cirugía evite que todo esto empeore.
Hay una creciente comunidad de transhumanistas que creen que la implantación de las cosas en su cuerpo «mejorará» a la humanidad y que finalmente nos fusionaremos con las máquinas.
Una tendencia francamente peligrosa ¿Somos realmente lo que la gente ve por fuera?
Con información de: The Sun
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