Algunas personas cumplen sus sueños más temprano, y otras, más tarde. Hace pocos días, un chico de solo 15 años encontró una ciudad maya oculta, haciendo a su corta edad un hallazgo que posiblemente dejará su huella en la historia.
El de Ida Keeling es un caso diferente: ella demuestra que nunca hay que rendirse, porque las grandes cosas pueden llegar en cualquier momento, incluso a los 100 años de edad.
Su marca fue de 59.8 segundos y la alcanzó en la edición 122 del Penn Relays, que se llevó a cabo en el campo Franklin del Oeste de Filadelfia.
Además, otro de sus logros es haber empezado a correr de grande, y como un desafío para superar una tragedia que acababa de vivir: Ida encontró el gusto por este deporte a los 67 años, luego de que dos de sus hijos fueran asesinados.
Shelly, su hija sobreviviente, no solo tuvo que lidiar con la pérdida de sus hermanos, sino con la depresión de su madre. Hasta que un día la levantó, le compró un par de zapatillas deportivas y la llevó a correr con ella.
En 2011, Ida obtuvo un récord mundial en los 60 metros (29.86 segundos), y continuó corriendo hasta obtener esta nueva marca que la dejará en la historia, con el sello de su esfuerzo y amor a la vida.
Fuente: LaBioGuía