Hannah Gregory era una chica normal. Oriunda de Inglaterra de 22 años, y optó por una apariencia y estilo de vida poco común. Esta era Hannah.
Ella se unió al grupo de lo que llamamos «Barbies humanas», estas mujeres que se realizan cirugías para modificar su cuerpo y rostro, quedando como muñecas. Si bien dice no haberse practicado ninguna intervención quirúrgica, pareciera que sí. Hannah invierte 3 horas al día para imitar apariencia de muñeca.
La joven tiene una pequeña cintura de 55 centímetros, además, usa lentes de contacto y maquillaje que hacen que sus ojos se vean grandes. Tampoco le gusta la ropa normal, por lo que utiliza prendas en extremo femeninas, que son como las de una Barbie.
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Después de vivir un tiempo en Corea del Sur, regresó a Inglaterra con su nuevo estilo. Para ello invierte mucho tiempo en elegir sus prendas y maquillarse, logrando una piel que parece de porcelana. A pesar de que le encanta su vida, dice que hay personas que se burlan de ella y que le es difícil conseguir citas.
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“Me siento feliz y linda como una muñeca”, confiesa. Es una real muñeca de carne y hueso, a pesar de que lleva una vida normal, saliendo con amigos y asistiendo a la universidad. Hannah habló con el medio inglés Metro, diciendo que «Si eres feliz y te gusta tu estilo, entonces no te importa para nada si alguien dice algo a tus espaldas. ¿A quién le importa? Es sólo su opinión».
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