El susodicho le llamó a su mujer para avisarle que no podría llegar a tiempo con ella ya que el vuelo fue cancelado a último momento, pero como toda una celosa, la esposa no le creyó y especuló que en realidad se había ido a otro lado.

Para asegurarle que todo era cierto, el marido hizo una videollamada y platicó con su esposa desde el avión, en donde le mostró a la aeromoza que les dio el anuncio y a los demás pasajeros quienes a modo de broma comenzaron a gritar que les pasara otra cerveza, hecho que desató la furia de la mujer.

Finalmente, la azafata tuvo que hablar directamente con la pobre mujer para asegurarle que todo era verdad y darle mayores detalles en medio de las risas de la propia tripulante y los demás presentes.