Los habitantes de la ciudad de Yunfu, en el sur de la provincia de Guangdong, en China, se vieron aturdidos cuando inesperadamente una mujer que pasaba por la calle comenzó a gritar con fuerza debido a que se le había roto la fuente de agua.
Unos segundos más tarde, un bebé recién nacido caía de entre las piernas de la mujer al suelo, dejando su vestido largo manchado en sangre.
No está claro si había estado preparada para el parto, pero parecía no saber cómo manejar la situación.
Los locatarios comerciales del lugar llamaron a una ambulancia para pedir asistencia y enfermeras llegaron poco después para ayudar a la nueva madre a cortar el cordón umbilical del bebé.