Fieles satánicos celebraron la inauguración de una estatua demoníaca de una criatura con cabeza de cabra y alas afuera de un edificio del gobierno en los Estados Unidos.
Ayer los miembros del Templo Satánico trajeron oculta la escultura de ocho pies y medio de alto de Baphomet, un híbrido de hombre mitad cabra, a los terrenos del edificio del Capitolio Estatal de Arkansas en Little Rock.
El monstruo alado se sienta en un trono adornado con un pentagrama, junto a un par de niños que lo miran con admiración. La estatua fue parte de una manifestación fuera de la sede del gobierno estatal en protesta por el monumento a los Diez Mandamientos ya instalado en el recinto.
Las autoridades retiraron el monumento, pero el Templo Satánico ha presentado una demanda para que se restablezca su nombre en nombre del pluralismo religioso y la Primera Enmienda, informa KATV.
Como era de esperar la exhibición provocó contra-protestas de los activistas cristianos. La Iglesia Satánica, que tiene adoradores en todo el mundo que hacen campaña por la libertad religiosa, afirma que le escribió a los legisladores estatales para pedir que se permita la estatua de Baphomet.
Hablando en el mitin, Lucien Greaves, portavoz y cofundador del Templo Satánico, dijo: «El evento está destinado a ser una reunión inclusiva donde el Templo Satánico celebrará el pluralismo junto con oradores cristianos y seculares. Personas de muchas religiones se reunirán en el Capitolio para rechazar los esfuerzos de la Legislatura estatal de Arkansas para privilegiar una religión sobre otras».
El Monumento a los Diez Mandamientos se colocó por primera vez el año pasado después de que se aprobó un proyecto de ley patrocinado por el senador republicano Jason Rapert, según The Independent.
Rapert emitió un comunicado en Facebook diciendo: «No importa lo que estos extremistas puedan reclamar, tendrá que haber un día muy frío en el infierno antes de que se nos obligue erigir una estatua ofensiva permanentemente en los terrenos del Capitolio del Estado de Arkansas».
El senador agregó que «Nuestros derechos para construir un monumento se ejercieron a través de los procesos electorales y legislativos y han sido confirmados por el sistema judicial. No son menos sagrados que las libertades de unos pocos estridentes, para quienes los derechos legales y políticos son simplemente métodos para desplumar a los crédulos y entretener a los cínicos. Se siguió el debido proceso al pie de la letra cuando el Secretario de Estado y la Comisión de Artes y Bases del Capitolio celebraron una serie de reuniones abiertas y públicas para recabar opiniones sobre la colocación del monumento a los Diez Mandamientos».
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