Dos hombres acusados de decirle piropos a una joven y beber alcohol en la vía pública fueron sacados a rastras de una celda y quemados vivos por una muchedumbre enardecida.
La furiosa horda creyó erróneamente en rumores de las redes sociales que alegaban que los hombres, al parecer padre e hijo, estaban detenidos por tratar de secuestrar niños.
Escenas horripilantes se desarrollaron en la estación de policía cuando los pueblerinos, empeñados en la justicia con sus propias manos, irrumpieron en la celda, golpearon a los dos hombres y los sacaron afuera.
Les echaron gasolina en el cuerpo y luego les prendieron fuego mientras una multitud de unas 150 personas aplaudía y alardeaba enfervorecida.
Pero la horda estaba equivocada. La policía había arrestado a los dos trabajadores del campo, conocidos como Alberto Flores Morales, de 53 años, y Ricardo Flores Rodríguez, de 21, después de que le silbaron a una niña y se descubrió que bebían alcohol en público, según constataron los medios locales.
Los rumores que pronto se extendieron, afirmaban que los hombres habían intentado secuestrar niños en el pueblo de San Vicente Boquerón, en el estado mexicano de Puebla.
Los lugareños se enfurecieron y decidieron tomar cartas en el asunto, pero los rumores no eran ciertos, anunció el fiscal general del estado después del doble asesinato.
Las imágenes mostraron a los enfurecidos residentes de Boquerón reunidos frente a la estación de policía en el pueblo vecino de Acatlán de Osorio, donde estaban detenidos los dos hombres.
La muchedumbre asaltó el edificio, irrumpió en la celda y arrastró a los hombres afuera.
Ya afuera, la horda golpeó a los sujetos con todo lo que tenían a mano, los ataron con cuerdas mientras continuaba la golpiza y les vertieron bencina y les prendieron fuego
Sus cuerpos estaban bañados con en gasolina y llamas, mientras la muchedumbre gritaba y aplaudía.
Muchos grabaron en sus teléfonos móviles las imágenes mientras las llamas se elevaban por el aire y el humo se esparcía por el cielo.
Como si fuera poco, la horda continuó su orgía de destrucción quemando el camión en que los hombres estaban viajando.
Los angustiados familiares de las víctimas, comentaron al medio El Sol de Puebla que los hombres habían viajado a Boquerón «para hacer un mandado».
Ahora exigen justicia contra quienes los mataron.
Los fiscales dijeron que abrieron una investigación de asesinato en medio de los esfuerzos por encontrar a los responsables del brutal crimen que ocurrió el miércoles por la tarde.
El Ministerio de Seguridad Pública también está investigando porque la policía local no siguió los procedimientos para solicitar oficiales adicionales y negociadores cuando la muchedumbre se reunió afuera.
La gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, condenó a la mafia diciendo: «Es inadmisible hacer justicia por nuestra propia mano».
Es la tercera vez que una horda de linchamiento mata a presuntos delincuentes en el Estado de Puebla.
En abril, cuatro personas acusadas de intentar robar un tractor fueron linchadas. Dos habían sido asesinados a tiros y a otros dos les prendieron fuego.
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