Los planetas del Sistema Solar suelen estar situados en la misma posición, medio inclinados, todos en un orden relativamente simétrico, con la particular excepción del séptimo planeta de acuerdo al Sol, Urano, el cual tiene una configuración única respecto a los demás, puesto que su eje de rotación está muy diagonal, casi acostado, es decir sus polos norte y sur están donde la tierra posee la línea ecuatorial.
Esa característica específica motivó el artículo que se publicó esta semana en The Astrophysical Journal, en el cual se presume que este fenómeno singular sólo tiene una explicación plausible, y es que cuando Urano era muy joven fue golpeado por un planeta de casi el «doble de masa que posee la Tierra».
Esta hipótesis se ha planteado de forma somera desde hace décadas, pero se contempla como la más creíble, aunque poco se sabe sobre cómo ocurrió y qué efectos tuvo sobre el astro. Motivado a esto, estudiosos realizaron una simulación cibernética para acercarse a una conclusión más certera.
Video de simulación de la colisión de Urano
“Verificamos los resultados del único estudio previo de simulaciones de menor resolución que un impactador con una masa de al menos 2 M ⊕ puede producir una rotación suficientemente rápida en el Urano posterior al impacto para un rango de momentos angulares”,así reseño el portal web.
De igual manera sostuvieron que “estudiamos la estructura interna, la velocidad de rotación y la retención atmosférica del planeta posterior al impacto, así como la composición del material expulsado a la órbita”. Así también, se plantea la posibilidad que esto haya influido en el frió de la atmósfera del séptimo planeta.