Violador «vampiro» mordía a sus víctimas mientras las asaltaba sexualmente

Un sujeto que trabajaba como bailarín en despedidas de solteras fue acusado de violación. Y, por si fuera poco, mordió, tal como un vampiro, a dos víctimas de sus ataques.

Paul ‘PJ’ Mansfield, de 28 años, fue condenado a 13 años de cárcel después de haber sido condenado por la violación y el intento de violación de otras dos mujeres.

Una de las víctimas que fue objeto del salvaje ataque señaló que el hombre le mordió el cuello mientras él la violaba.

Pese a que fue detenido, fue dejado en libertad bajo fianza y sólo semanas después atacó a una segunda víctima que estaba de vacaciones.

La mujer, que se había separado de su novio durante una noche de juerga, fue arrastrada por un callejón antes de ser asaltada sexualmente y mordida en sus pechos.

El fisicoculturista era muy conocido en el circuito de despedidas de solteras y fue fotografiado con regularidad en Facebook en varios estados de desnudez.

También publicó una foto de sí mismo flexionando sus músculos con el mensaje: «Mayordomo para despedidas y fiestas de cumpleaños para todas las señoritas.»

La policía de Lancashire dijo que la primera víctima, de 20 años, fue atacada el 17 de junio de 2014 cuando ella se separó de sus amigos.

Ella se reunió con Mansfield y después asumió que él se alojaba en un hotel en Blackpool. Volvió con el hombre con la esperanza de tener un lugar donde dormir.

Estando ya en el piso, Mansfield la abordó mordiéndole el cuello y dándole una palmada en la cara mientras él la violaba.

Ella logró escapar y corrió a la comisaría de Blackpool a reportar su calvario.

Mansfield fue detenido, pero lo dejaron ir en espera de nuevas investigaciones tras que él afirmara haber mantenido relaciones sexuales con el consentimiento de la mujer.

El 9 de septiembre, se hizo amigo de una mujer de 21 años que se había separado de su novio después de una pelea de borrachos en un club y que había decidido volver a su hotel por cuenta propia.

Mansfield la vio fuera de una pizzería y al darse cuenta de que estaba borracha, se aprovechó de su estado ofreciendo a llevarla de vuelta a su hotel en un taxi.

Terminaron en una calle cercana donde arrastró a la mujer a un callejón, la agarró por el cuello y la empujó contra la pared, tratando de sacarle la ropa.

Durante el asalto ella le pidió que la dejara en paz, diciendo que tenía  novio y hasta inventó que estaba embarazada con la esperanza de que se detuviera.

Tras lograr zafarse de su atacante la víctima fue ayudada por otra mujer que vivía cerca, la que habría oído su llanto y la llevó a su casa para llamar a la policía.

Cuando fue aprehendido por la policía el pervertido negó haber tenido algún contacto físico con la mujer, pero pudieron detectar su ADN en una marca de mordedura en el pecho de su víctima.