Andrew, un niño estadounidense fanático de la serie Dragon Ball jugaba con una pistola de dardos haciendo puntería contra un auto abandonado sin saber que dentro había un panal de abejas. Los molestos insectos lo atacaron dejándolo cubierto por más de 400 picaduras que requirieron que fuera internado en el hospital. Los medios que cubrieron la noticia, grabaron al niño asegurando que después de resistir el mortal ataque ahora dice llamarse «Vegeta».
Fuente: La nacion