Una rata podría dar la definitiva cura para la calvicie de acuerdo con prometedor estudio científico

Una cura para la calvicie se ha acercado un paso más a la realidad después de que los investigadores crearon «piel peluda» en el laboratorio por primera vez.

Utilizando células madre de ratones, los científicos desarrollaron las capas superior e inferior de la piel, que desarrollaron los folículos capilares como lo harían en el cuerpo de un ratón.

El tejido de la piel crecido en el laboratorio se asemeja más al cabello natural que cualquier modelo anterior, y podría usarse en ensayos de medicamentos para el tratamiento de la calvicie. Se espera que el avance, de expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis, arroje nueva luz sobre el crecimiento del cabello.

La terapia con células madre se ha sugerido como un posible tratamiento futuro para la pérdida de cabello durante años.

Aunque ya se han desarrollado varios métodos para generar tejido de la piel, su capacidad para imitar lo real se ha quedado corta. La piel consiste en 20 o más tipos de células y estos modelos a menudo contienen solo cinco o seis, y ninguno es capaz de crecer.

El profesor Karl Koehler originalmente comenzó a usar células madre para crear pequeñas versiones de órganos reales llamados ‘organoides’.

Las células madre pluripotentes que utilizó en teoría se pueden convertir en cualquier órgano, pero el investigador se propuso crear pequeñas versiones del oído interno para tratar la sordera. Después de que su equipo descubriera que estaban generando células de la piel además del tejido del oído interno, decidieron tratar de persuadirlas para que crecieran folículos pilosos.

La investigación, publicada en Cell Reports, descubrió que un único brote de piel desarrollado en cultivo puede dar lugar a las capas superior e inferior de la piel, conocidas como epidermis y dermis, respectivamente.

Esto permite que los folículos capilares se formen de la misma manera que lo harían en el cuerpo de un ratón. El profesor Koehler dijo: «Parece una pequeña bola de pelusa de bolsillo que flota en el medio de cultivo. La piel se desarrolla como un quiste esférico y luego los folículos capilares crecen hacia fuera en todas las direcciones, como las semillas de diente de león».

Los investigadores dicen que de la piel desarrollada creció una variedad de tipos de folículos pilosos similares a los que se encuentran naturalmente en el pelo de un ratón.

El organoide de la piel en sí consistía en tres o cuatro tipos diferentes de células dérmicas y cuatro tipos de células epidérmicas. Esta combinación diversa imita más estrechamente la piel del ratón que los modelos de piel desarrollados anteriormente.

Al observar el desarrollo de este organoide de la piel más realista, los investigadores descubrieron que las dos capas de células de la piel deben crecer juntas de forma específica para que se desarrollen los folículos pilosos.

A medida que la epidermis creció en el medio de cultivo, comenzó a tomar la forma redondeada de un quiste. Las células dérmicas luego se envolvieron alrededor de estos quistes. Cuando este proceso fue interrumpido, los folículos capilares nunca aparecieron.

El profesor Koehler dijo: «Una cosa que exploramos en el documento es que si destruimos los organoides y tratamos de volver a unirlos, no siempre generan folículos pilosos.

«Entonces, creemos que es muy importante que las células se desarrollen juntas en una etapa temprana para formar adecuadamente los folículos de la piel y el cabello».

El profesor Koehler afirma que la nueva técnica podría utilizarse como modelo para generar organoides de la piel humana en el futuro.

Él dijo: «Podría ser potencialmente un modelo superior para probar drogas, o mirar cosas como el desarrollo de cánceres de piel».