Charles Kelly, norteamericano que posee más de 30 años de experiencia en más de 60 países, en el campo de la asistencia humanitaria en naciones en desarrollo, frente a situaciones de sequía, inundaciones, ciclones, terremotos, refugiados, hambrunas, plagas de insectos, epidemias, conflictos armados y otras situaciones de emergencia, se reunió con la ministra de Medio Ambiente para entregar las primeras impresiones de los impactos ambientales y sociales generados por el terremoto del pasado 27 de febrero.
Las visitas a las caletas y localidades costeras más dañadas por el terremoto, en las regiones del Maule y Bío Bío, permitieron al experto internacional Charles Kelly reconocer cuales son las actuales y más importantes urgencias en materia ambiental y social.
Luego de tres meses del desastre en la zona centro-sur del país, y en pleno proceso de reconstrucción, la visión medioambiental y social cobra mucha importancia. Desde qué hacer con las toneladas de escombros, dónde disponerlas y cómo sacar provecho de ellas, hasta la revisión del emplazamiento de las mediaguas en las zonas afectadas, fue la preocupación de Kelly durante estas dos semanas de visita en Chile.
“Si bien los esfuerzos para la reconstrucción de las zonas afectadas, en el menor tiempo posible, vienen bien encaminados, aún no se está considerando el tema medioambiental de una forma estratégica que vaya complementando los distintos esfuerzos sectoriales. En este momento, existe una oportunidad de reconstruir y levantar a las comunidades con mejores estándares socioambientales de los que tenían previo a la catástrofe”, señala Kelly al fin de esta gira de reconocimiento organizada por el Ministerio de Medio Ambiente; WWF, la organización mundial de conservación, a través de su Programa Humanitarian Partnership; y el Grupo Minero Antofagasta.
Kelly afirma que debemos aprender de este desastre y de nuestra condición de país sísmico, “actuales urgencias medioambientales como el impacto en algunas de las plantas de tratamiento de aguas servidas en el territorio afectado, podrían haberse evitado si se hubiesen tomado los reguardados necesarios, construcción en zona segura o de manera que pueda resistir este tipo de eventos”.
En su visita, el experto, en compañía de un equipo integrado por miembros de Conama y WWF Chile aplicó la llamada Evaluación Rápida de Impacto Ambiental en Desastres (REA). Una herramienta cuyo objetivo es identificar, definir y priorizar los impactos ambientales y sociales en situaciones de desastre, los cuales podrían afectar negativamente el bienestar futuro de las personas y sus comunidades. A través de una encuesta aplicada a personas afectadas y también a las organizaciones que se encuentran aportando con ayuda humanitaria y trabajando en la reconstrucción de las zonas damnificadas, Kelly recolectó información, lo que le permitirá, en el plazo de un mes, entregar un informe con recomendaciones para el país.
Talca, Duao, Pellines, Curanipe, Pelluhue, Loanco, Concepción, Dichato, Talcahuano, Quidico Tirúa, Isla Mocha, son los lugares que se visitaron. Cabe señalar que en estas dos últimas localidades WWF Chile, en conjunto con las organizaciones locales de Agenda 21 y Avina, estará trabajando en conjunto con las comunidades y los representantes locales para un desarrollo sustentable.
Para finalizar su gira, Kelly se reunió con la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, para entregarle sus primeras impresiones y reiterarle su compromiso de volver con las conclusiones de su gira en un seminario que convocará a los representantes gubernamentales, quienes podrán aplicar las recomendaciones, pero particularmente a los afectados y sus representantes locales.
MÁS SOBRE REA
La REA está diseñada para desastres naturales, tecnológicos o políticos y como mejor herramienta práctica para evaluación y gestión efectiva de desastres. La REA no reemplaza una EIA (Evaluación de Impacto Ambiental), pero llena el vacío hasta que la EIA sea apropiada.
La REA no ofrece respuestas en cuanto a la manera de resolver problemas ambientales. Proporciona la información suficiente como para permitir que aquellas personas que responden ante un desastre propongan soluciones de sentido común para la mayoría de los problemas identificados. Cuando las soluciones no son evidentes, la REA provee información suficiente para solicitar asistencia técnica o recomendar la acción de una tercera parte. La REA contribuye al monitoreo y a la evaluación ambiental y de las actividades, pero no reemplaza a un sistema de monitoreo y evaluación formal.
El desarrollo de la REA es un esfuerzo conjunto de Benfield Hazard Research Centre y CARE International con asistencia financiera de la oficina PNUMA y la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) en Ginebra, así como del Real Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, de la Oficina de Asistencia a Desastres en el Exterior, Usaid y Care Internacional.
Por Daniel Carrillo
El Ciudadano