Valparaíso: Colisión en muelle Prat devela negligencia portuaria

Tras los comienzos de las obras de ampliación en 120 metros del sitio 3 de Terminal Pacífico Sur, los lancheros interpusieron acciones legales para impedir la extensión. Desde la empresa señalaron que nunca iban a pasar accidentes y sólo se trabajaría con normalidad. Pero el tiempo les dio la razón a los que ofrecen sus paseos por la bahía.

Valparaíso: Colisión en muelle Prat devela negligencia portuaria

Autor: Gabriel Muñoz

El pasado miércoles 3 de mayo un buque de bandera panameña erró en las maniobras de atraque en el sitio 6 del espigón del puerto de Valparaíso, colisionando con 5 lanchas y cortando los fondeos de varias otras embarcaciones.

Tal vez el práctico se equivocó, a no ser que el Capitán de la nave haya estado autorizado por la Autoridad Marítima para atracar. Sin embargo, existen zonas de ordenamiento en la bahía donde se especifica cuáles son los lugares designados para los movimientos. Al parecer, los estudios de ingeniería y simulación de maniobras – luego de recibir las aprobaciones y permisos respectivos de la Autoridad Marítima y la Dirección de Obras Portuarias- contenían errores. Con el proyecto de ampliación, la boca de la entrada se redujo de 270 a 150 metros, dificultando el paso simultáneo y/o la convivencia de varios tipos de embarcaciones. Tal y como lo predijeron los lancheros cuando comenzaron las obras, el primer trimestre del 2013.

La mar no estaba serena

Teizan es el nombre del barco que llegó al sitio 6 -operado por TCVAL- para prestar servicios a Agencias Marítimas Agental. Si bien no hubo heridos con su errático paso, las consecuencias podrían haber sido mayores: a diario trabajan casi un centenar de personas para realizar paseos turísticos a los miles de turistas que llegan a Valparaíso, seducidos por el mar, los cerros y las escaleras.

“Esto lo venimos diciendo. Hemos hecho todo lo posible por defender al muelle Prat de todas las situaciones que pasan, nos fuimos contra TPS con una demanda e involucramos a la constructora BELFI. Queríamos llegar a acuerdo antes del juicio. Sabíamos que perderíamos horas de trabajo, por eso pedimos que pagaran una compensación por los 15 años que les quedaban de concesión. Y así, nos quedaríamos tranquilos, sin mover embarcaciones, cuando comenzaran las maniobras de entrada a los sitios 4, 5 y 6. Pero perdimos. La otra cara de la moneda fueron los dueños, que apoyaron. Ahora se dan cuenta que fue un error”, señala Carlos Lemus, Presidente del sindicato interempresas de naves menores (SINATRAL)

“Yo creo que el juez no era porteño, no nos tomó en cuenta en nuestros alegatos. Hoy queda en evidencia que, debido a la ampliación , el espacio de entrada de los barcos al sector de la poza del muelle, se achicó y las maniobras son más peligrosas”, complementa Lemus.

Marco, trabajador de una agencia marítima , afirma que nunca en sus 15 años había visto un accidente de este tipo. Al igual que Carlos Lemus, coincide en que los problemas se deben al tamaño de los buques que están permitiendo avanzar hacia el sitio 6. Afirma que el peligro es inminente, a lo cual el dirigente asiente.

“Es peligroso que cuando las lanchas salen con pasajeros, estén los barcos en movimiento, el bus trackteer del mercante funcionando, los remolcadores. Producto de las estelas, las lanchas se empiezan a mover, golpearse entre sí, se cortan los fondeos. Cuando van saliendo , se empiezan a abrir y tirarse contra los sitios, es complicado”, asume.

Producto del desenfrenado avance del Teizan, las lanchas Christiane Andrea, Maritza y Erica resultaron con serios daños, siendo subidas rápidamente a varadero, para sus reparaciones. Las otras dos permanecen en el fondeadero, con daños, evaluando si también las van a subir o la reparación será en el agua, a cargo de los carpinteros de orilla, un oficio que lamentablemente pronto desaparecerá de Valparaíso.

Si bien el barco responsable ya se fue a otros puertos, quien debe responder por sus daños es la compañía naviera, gracias a los seguros con los cuales deben indemnizar a los armadores y éstos, a los trabajadores de las embarcaciones por los días que estarán sin trabajar. No obstante, surgen dudas. ¿Qué sucederá si debido al oleaje o a la entrada desenfrenada de los barcos se producen nuevos accidentes, con turistas o trabajadores?, ¿La Corte de Apelaciones de Valparaíso echará pie atrás de sus fallos que desestimaron el peligro? ¿TCVAL, EPV, TPS callarań nuevamente con millones a las familias de los fallecidos, como sucede con sus trabajadores muertos producto de sus negligencias? Urge atención en la seguridad de trabajadores y visitantes. Sino, pareciera que los containers importan más que la vida.


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