De la Nave Imaginaria de Isla Negra se puede decir tanto como la imaginación lo permita. Podemos tomar posición y apoyar al Capitán en la contienda o ponernos de lado de los villanos que también habitan en este cuento, un cuento vivo como su creador. La Armada de Chile ya dejó de manifiesto su posición al entregar formal apoyo a esta embarcación, y le otorgó matrícula de barco RBO-004, acción que enfureció a los villanos vecinos y que muchos creen que es un juego de la Armada, un juego muy en serio. El Ciudadano toma posición y deja que hable quien corresponde: El Capitán.
Del trabajo de Capitán de una Nave Imaginaria
Es una invitación a viajar. El Capitán guía a sus pasajeros por un recorrido por su barco imaginario. El barco exigirá de ti que vuelvas a ser niño, por ello, este “niño grande” -el Capitán-, invita con juegos a lo que llamamos “el salto”. Diez warp de velocidad. ¡Pafh! Un salto al hiperespacio de la imaginación. De adulto viajas a tu niñez hacia aquel instante en que colgabas de los árboles a pata suelta y creías que los sueños son posibles. Tus días transcurrían sin miedos ni preocupaciones.
Desde ahí, los adultos sueltan al niño interior y se atreven a jugar. Se entregan en un juego liberador. Ciertas instrucciones de seguridad para jugar en un barco que está en constante movimiento. Vaivén de los siete mares de cada quien. Niños, abuelos, hijos, mascotas, serios, ocupados, cuadrados y redondos. Todos juegan. Según la física cuántica, a esas velocidades se curva el tiempo y el espacio. Haces un viaje en el tiempo.
De la acusación a la embarcación de los sueños
De los vecinos habrá mucho que reflexionar. Dirá de ellos la historia. Gracias a la oposición artera, tenaz y sistemática de algunos de los vecinos, la nave puso a prueba su casco y velamen, así como al Capitán frente a las tormentas de la ignorancia, miedo y envidia.
Todo lo que han intentado ha fortalecido un movimiento que ha unido espontáneamente a quienes han navegado en una tripulación fuertemente unida. De acusaciones insólitas. En una ocasión, el vecino con azadón en mano cual espada anti hereje iba blandiendo condenas y acusando descontroladamente al Capitán de loco, chiflado, patipelado y vago. Mira la lesera que viniste a poner aquí. Más una coloreada combinación de garabatos afiebrados que disparan atronadores cañonazos.
Capitán, estamos aquí. Al abordaje. Boxeo y espadas. Ojos en tinta. Un diente menos. Cortes y heridas. Constatar lesiones a Carabineros y Seguridad Ciudadana. Juzgados de Policía. Otro diente. Tribunales Regionales. La inquisición. Tentáculos, muchos tentáculos comienzan a rodear el casco. El Kraken –el mítico pulpo-monstruo gigante de los mares-. Resiste tripulación. El mundo perdido de David Jones. Abogados.
Que qué viene después. Hostigamiento a los niños y sus juguetes. Amenazas a turistas despistados. Comerciantes en aprietos y multas municipales. Demolición de la chalupa de embarque de la nave. Municipio niega permiso existente de construcción del paradero de buses construido ya cuatro años atrás con la misma técnica que la nave. Reciclado, trueque y aportes voluntarios.
Del problema que arguyen los villanos
Nunca hubo dinero para pagar los permisos de construcción aunque, con proyecto aprobado, la construcción permaneció sin permiso hasta su decreto 560 de demolición total e inapelable. Un vacío legal permite en rigor regularizar un barco como una casa. Cortar aquí. Sacar allá. Un poco menos de esto. Más el formulario tanto. Tapando esto y comprando a éstos. Eso sí. Sólo si los vecinos están de acuerdo.
Entonces. Demolición total por ser una aberración a las leyes de la física terrestre. Ni se imaginan de lo que somos capaces. Ya van a ver. El batallón de vecinos atacará por diferentes flancos. Una. Acusan que sonidos de dudosa reputación se escuchan desde la nave, los vecinos consternados reclaman porque los gemidos de las mujeres no los dejan dormir por las noches y parece que no siempre es la misma, llora como una frutilla, desfigurada la pantalla del canal local de televisión. Una y otra vez se repite durante toda una semana. La otra. Un recurso de protección donde se acusa a la nave de bizarra, demasiado llamativa y creativa. El otro. Ex oficial uniformado. Construye poco a poco una jaula por los alrededores de su casa, patios comunes y servidumbres. Se cuentan ya siete candados y dos chapas para entrar a su jaula de puntas afiladas. En particular, éste no vive en la isla. Sólo viene una vez al mes. Cepillo de dientes trapero. Limpiar y pintar. Insultos, amenazas bien argumentadas de matarife con entrenamiento. La otra. Demanda por dinero al municipio. Por la demora en la demolición de la nave. El mismo municipio sube la noticia a la web. 30 millones por un nanosegundo en el cosmos. El otro. Entrevista por Canal 13. Su propia familia: Esposa, hijas, nietos y amigos por todos estos años jugando y creciendo junto a la nave. La conocieron casa. Y el otro. El último. El importante. Abogado dedicado y aplicado. Peluca, colonia inglesa con grado alcohólico. Títulos, carruajes y pompa. Brillos de oro, diamantes, joyas, botellas. No saben de la cuántica celeste ni del olor a las estrellas.
La posición del Municipio es la misma desde hace tres periodos. Padre e hija, alcaldesa heredera, no conocen la nave, no participan. En el mejor de los casos no hicieron nada más que entregar todas las multas. Firmar decretos. Órdenes de arresto. Citaciones. Desacato. Del procedimiento se encargará Seguridad Ciudadana o Carabineros de Chile. Ejemplo. 25 niños del Liceo nacional de Llo-lleo, los 25 jugando. Medio día. Denuncia de los vecinos por sonidos de dudosa reputación. Oficial de Carabineros entrega sexta orden de arresto y reclusión nocturna en el penal de Casablanca. Buenas tardes Capitán, firme aquí. Aquí. Copias verdes, rosadas y amarillas para la distribución. Gusto de conocerlo. Hasta luego.
De la relación del Capitán con la Armada
Es un juego bien en serio. Es una muestra de espontánea simpatía. Un gesto de voluntad y pasión por el mar y los sueños marinos. Se presenta dossier de proyecto a Capitanía de puerto San Antonio. Para obtención de permiso de zarpe. Sonaban ya los grillos en aquella oficina cuando el tiempo se detuvo. Este hombre habla en serio o en broma. Conversamos de barcos, barcos y barcos. Instrucciones. Remítase a Capitanía de Puerto Algarrobo. Sargento visita inspección. Observaciones. Un año después. Matricula de barco RBO-004 Nave Imaginaria. Certificado de navegabilidad. Permiso de zarpe. Jaque. La Armada de Chile dice que es un barco. De valor simbólico inmenso ya que el gran espaldarazo a la Nave no vino del mundo cultural, como esperaríamos de la isla. Por prejuicio enquistado. Los más cuadrados. Mate. Es interesante esto último ya que si hay quienes juegan desde un principio son los ex marinos o navegantes. No requieren explicaciones. Protocolar permiso para abordar e historias marinas. Detalles constructivos. Maniobras, olas, brisas, gaviotas. Diálogo de capitanes. Una anécdota a bordo en escenas:
Primera escena. Plan de seguridad para litoral de la PDI. A bordo del barco, los pasajeros juegan con el Capitán. Se detiene una patrulla. Se bajan cinco policías. Casacas y armas en reglamento. Se abre la escotilla de estribor. Y el Capitán blandiendo su espada y en tono de abordaje. Ahora me toca a mí. Prisioneros a los calabozos. Y bajaron, gritaron, subieron rieron, viajaron, jugaron.
Segunda escena. Patrulla de la PDI, esta vez con balizas encendidas. Con todo el cuchicheo tras la ventana vecinal que eso implica. Cuatro policías, entre ellos una ella. Juega, sube, baja, sueña. Ella pregunta ¿Cuándo puedo traer a mis hijos? Por dentro llega la conmoción. También sienten. Aman a sus hijos. Anotan en bitácora de viajes: ¿Y dónde está el ron?
Tercera escena. Policía de franco invita a su amigo comando a jugar a la nave. Músculos, polera por reventar, ancora, tatuaje, Popeye el marino. Juega obedientemente, gesto encuadra con el capitán. Sí, mi capitán. Suba escala de gato. Sí, mi capitán. Tírese de cabeza. Sí, mi capitán. Salte. A los calabozos. Arránquese. Salida secreta. Busque el tesoro. Juegue. Sí, mi capitán. Sí, mi capitán.
Escena final epílogo. Cuenta en tertulia de ron y galletas, el Capitán de sus juegos con aquellos. Algunos amigos condenan intolerantes. Se discrimina ciegamente por abrir las escotillas al enemigo. La Armada y la policía. Quedan al descubierto las sonrisas estáticas. Máscaras de social conveniencia. Todo un discurso libertario de igualdad y amistad se hunde frente a tus ojos.
De los adultos y los niños
El juego con los adultos es diferente. Existe un primer intento de racionalizar el espacio. Fuera de todo lo establecido. Correcto. Ortogonal. Aparece el miedo como primera reacción ante lo desconocido. Es el adulto el que necesita poner de su voluntad para jugar. Si se atreve a jugar se liberará su niño interior. Segundos eternos en un viaje que comienza y no sabemos dónde termina. El delicado filo es elegir. Juega o no juega.
Con los niños es entretenido. Para ellos las explicaciones están de sobra. Ellos ven al barco. El espacio real y el imaginario se confunden. Se dispara el juego. El capitán será el guía de seguridad, luego se quedarán jugando solos. Grandes delegaciones de niños de colegios traídos desde Santiago, Valparaíso, Viña, La Serena. Estos últimos auspiciados por la Municipalidad de Santo Domingo, quien además imprime como cooperación voluntaria cien ejemplares de la Bitácora de viajes 2010 para difundir el mensaje. Municipio con gestión cultural turística de la misma provincia que El Quisco. Grupos scout en intercambio son tripulación y ayudan a colorear la nave. Niños de colegios especiales. Síndromes, autismo, problemas motrices y minusválidos. Sillas con ruedas. Capaces de ver más allá que nosotros, los normales. La posibilidad de una estimulación entretenida y diferente.
La jaula que construyeron los vecinos bloquea una servidumbre que es de común uso. Justamente la entrada para minusválidos y tercera edad. Un grupo de ciegos recorre el barco. Juegan, sienten, vibran en otras frecuencias. Ejercicio para el Capitán. Recorre con ojos vendados. El Capitán, emocionado, se venda los ojos y recorre el barco que construye desde hace 13 años. Los espacios parecen grandes e inacabables. La brisa del sur por la escotilla tiene sabor a frutas. La madera acaricia con su textura. La botavara cruje con más ánimo. Avanza proa orgullosa abriendo las aguas.
Del rol del Capitán
El Capitán también desembarca y desaparece para reinventarse. El ejercicio diario de dar sin esperar. La vida a bordo de un barco imaginario exige de su capitán, claridad, constancia y voluntad. Pasajeros de mil naciones y planetas abordan diariamente. Será responsabilidad del Capitán llevarlos a buen puerto. Viajarán en la nave nuevamente si les es propicio el viento en esta máquina del tiempo. Volverán a bordo a jugar nuevamente. Sentirán un niño latir.
(Extractos Bitácora de viajes 2011-12)
Por Capitán
Publicado en El Ciudadano nº 121, segunda quincena marzo 2012
La nave imaginaria: Un proyecto acusado de ‘demasiado creativo’
De la Nave Imaginaria de Isla Negra se puede decir tanto como la imaginación lo permita. Podemos tomar posición y apoyar al Capitán en la contienda o ponernos de lado de los villanos que también habitan en este cuento, un cuento vivo como su creador. La Armada de Chile ya dejó de manifiesto su posición al entregar formal apoyo a esta embarcación, y le otorgó matrícula de barco RBO-004, acción que enfureció a los villanos vecinos y que muchos creen que es un juego de la Armada, un juego muy en serio. El Ciudadano toma posición y deja que hable quien corresponde: El Capitán.
Del trabajo de Capitán de una Nave Imaginaria
Es una invitación a viajar. El Capitán guía a sus pasajeros por un recorrido por su barco imaginario. El barco exigirá de ti que vuelvas a ser niño, por ello, este “niño grande” -el Capitán-, invita con juegos a lo que llamamos “el salto”. Diez warp de velocidad. ¡Pafh! Un salto al hiperespacio de la imaginación. De adulto viajas a tu niñez hacia aquel instante en que colgabas de los árboles a pata suelta y creías que los sueños son posibles. Tus días transcurrían sin miedos ni preocupaciones.
Desde ahí, los adultos sueltan al niño interior y se atreven a jugar. Se entregan en un juego liberador. Ciertas instrucciones de seguridad para jugar en un barco que está en constante movimiento. Vaivén de los siete mares de cada quien. Niños, abuelos, hijos, mascotas, serios, ocupados, cuadrados y redondos. Todos juegan. Según la física cuántica, a esas velocidades se curva el tiempo y el espacio. Haces un viaje en el tiempo.
De la acusación a la embarcación de los sueños
De los vecinos habrá mucho que reflexionar. Dirá de ellos la historia. Gracias a la oposición artera, tenaz y sistemática de algunos de los vecinos, la nave puso a prueba su casco y velamen, así como al Capitán frente a las tormentas de la ignorancia, miedo y envidia.
Todo lo que han intentado ha fortalecido un movimiento que ha unido espontáneamente a quienes han navegado en una tripulación fuertemente unida. De acusaciones insólitas. En una ocasión, el vecino con azadón en mano cual espada anti hereje iba blandiendo condenas y acusando descontroladamente al Capitán de loco, chiflado, patipelado y vago. Mira la lesera que viniste a poner aquí. Más una coloreada combinación de garabatos afiebrados que disparan atronadores cañonazos.
Capitán, estamos aquí. Al abordaje. Boxeo y espadas. Ojos en tinta. Un diente menos. Cortes y heridas. Constatar lesiones a Carabineros y Seguridad Ciudadana. Juzgados de Policía. Otro diente. Tribunales Regionales. La inquisición. Tentáculos, muchos tentáculos comienzan a rodear el casco. El Kraken –el mítico pulpo-monstruo gigante de los mares-. Resiste tripulación. El mundo perdido de David Jones. Abogados.
Que qué viene después. Hostigamiento a los niños y sus juguetes. Amenazas a turistas despistados. Comerciantes en aprietos y multas municipales. Demolición de la chalupa de embarque de la nave. Municipio niega permiso existente de construcción del paradero de buses construido ya cuatro años atrás con la misma técnica que la nave. Reciclado, trueque y aportes voluntarios.
Del problema que arguyen los villanos
Nunca hubo dinero para pagar los permisos de construcción aunque, con proyecto aprobado, la construcción permaneció sin permiso hasta su decreto 560 de demolición total e inapelable. Un vacío legal permite en rigor regularizar un barco como una casa. Cortar aquí. Sacar allá. Un poco menos de esto. Más el formulario tanto. Tapando esto y comprando a éstos. Eso sí. Sólo si los vecinos están de acuerdo.
Entonces. Demolición total por ser una aberración a las leyes de la física terrestre. Ni se imaginan de lo que somos capaces. Ya van a ver. El batallón de vecinos atacará por diferentes flancos. Una. Acusan que sonidos de dudosa reputación se escuchan desde la nave, los vecinos consternados reclaman porque los gemidos de las mujeres no los dejan dormir por las noches y parece que no siempre es la misma, llora como una frutilla, desfigurada la pantalla del canal local de televisión. Una y otra vez se repite durante toda una semana. La otra. Un recurso de protección donde se acusa a la nave de bizarra, demasiado llamativa y creativa. El otro. Ex oficial uniformado. Construye poco a poco una jaula por los alrededores de su casa, patios comunes y servidumbres. Se cuentan ya siete candados y dos chapas para entrar a su jaula de puntas afiladas. En particular, éste no vive en la isla. Sólo viene una vez al mes. Cepillo de dientes trapero. Limpiar y pintar. Insultos, amenazas bien argumentadas de matarife con entrenamiento. La otra. Demanda por dinero al municipio. Por la demora en la demolición de la nave. El mismo municipio sube la noticia a la web. 30 millones por un nanosegundo en el cosmos. El otro. Entrevista por Canal 13. Su propia familia: Esposa, hijas, nietos y amigos por todos estos años jugando y creciendo junto a la nave. La conocieron casa. Y el otro. El último. El importante. Abogado dedicado y aplicado. Peluca, colonia inglesa con grado alcohólico. Títulos, carruajes y pompa. Brillos de oro, diamantes, joyas, botellas. No saben de la cuántica celeste ni del olor a las estrellas.
La posición del Municipio es la misma desde hace tres periodos. Padre e hija, alcaldesa heredera, no conocen la nave, no participan. En el mejor de los casos no hicieron nada más que entregar todas las multas. Firmar decretos. Órdenes de arresto. Citaciones. Desacato. Del procedimiento se encargará Seguridad Ciudadana o Carabineros de Chile. Ejemplo. 25 niños del Liceo nacional de Llo-lleo, los 25 jugando. Medio día. Denuncia de los vecinos por sonidos de dudosa reputación. Oficial de Carabineros entrega sexta orden de arresto y reclusión nocturna en el penal de Casablanca. Buenas tardes Capitán, firme aquí. Aquí. Copias verdes, rosadas y amarillas para la distribución. Gusto de conocerlo. Hasta luego.
De la relación del Capitán con la Armada
Es un juego bien en serio. Es una muestra de espontánea simpatía. Un gesto de voluntad y pasión por el mar y los sueños marinos. Se presenta dossier de proyecto a Capitanía de puerto San Antonio. Para obtención de permiso de zarpe. Sonaban ya los grillos en aquella oficina cuando el tiempo se detuvo. Este hombre habla en serio o en broma. Conversamos de barcos, barcos y barcos. Instrucciones. Remítase a Capitanía de Puerto Algarrobo. Sargento visita inspección. Observaciones. Un año después. Matricula de barco RBO-004 Nave Imaginaria. Certificado de navegabilidad. Permiso de zarpe. Jaque. La Armada de Chile dice que es un barco. De valor simbólico inmenso ya que el gran espaldarazo a la Nave no vino del mundo cultural, como esperaríamos de la isla. Por prejuicio enquistado. Los más cuadrados. Mate. Es interesante esto último ya que si hay quienes juegan desde un principio son los ex marinos o navegantes. No requieren explicaciones. Protocolar permiso para abordar e historias marinas. Detalles constructivos. Maniobras, olas, brisas, gaviotas. Diálogo de capitanes. Una anécdota a bordo en escenas:
Primera escena. Plan de seguridad para litoral de la PDI. A bordo del barco, los pasajeros juegan con el Capitán. Se detiene una patrulla. Se bajan cinco policías. Casacas y armas en reglamento. Se abre la escotilla de estribor. Y el Capitán blandiendo su espada y en tono de abordaje. Ahora me toca a mí. Prisioneros a los calabozos. Y bajaron, gritaron, subieron rieron, viajaron, jugaron.
Segunda escena. Patrulla de la PDI, esta vez con balizas encendidas. Con todo el cuchicheo tras la ventana vecinal que eso implica. Cuatro policías, entre ellos una ella. Juega, sube, baja, sueña. Ella pregunta ¿Cuándo puedo traer a mis hijos? Por dentro llega la conmoción. También sienten. Aman a sus hijos. Anotan en bitácora de viajes: ¿Y dónde está el ron?
Tercera escena. Policía de franco invita a su amigo comando a jugar a la nave. Músculos, polera por reventar, ancora, tatuaje, Popeye el marino. Juega obedientemente, gesto encuadra con el capitán. Sí, mi capitán. Suba escala de gato. Sí, mi capitán. Tírese de cabeza. Sí, mi capitán. Salte. A los calabozos. Arránquese. Salida secreta. Busque el tesoro. Juegue. Sí, mi capitán. Sí, mi capitán.
Escena final epílogo. Cuenta en tertulia de ron y galletas, el Capitán de sus juegos con aquellos. Algunos amigos condenan intolerantes. Se discrimina ciegamente por abrir las escotillas al enemigo. La Armada y la policía. Quedan al descubierto las sonrisas estáticas. Máscaras de social conveniencia. Todo un discurso libertario de igualdad y amistad se hunde frente a tus ojos.
De los adultos y los niños
El juego con los adultos es diferente. Existe un primer intento de racionalizar el espacio. Fuera de todo lo establecido. Correcto. Ortogonal. Aparece el miedo como primera reacción ante lo desconocido. Es el adulto el que necesita poner de su voluntad para jugar. Si se atreve a jugar se liberará su niño interior. Segundos eternos en un viaje que comienza y no sabemos dónde termina. El delicado filo es elegir. Juega o no juega.
Con los niños es entretenido. Para ellos las explicaciones están de sobra. Ellos ven al barco. El espacio real y el imaginario se confunden. Se dispara el juego. El capitán será el guía de seguridad, luego se quedarán jugando solos. Grandes delegaciones de niños de colegios traídos desde Santiago, Valparaíso, Viña, La Serena. Estos últimos auspiciados por la Municipalidad de Santo Domingo, quien además imprime como cooperación voluntaria cien ejemplares de la Bitácora de viajes 2010 para difundir el mensaje. Municipio con gestión cultural turística de la misma provincia que El Quisco. Grupos scout en intercambio son tripulación y ayudan a colorear la nave. Niños de colegios especiales. Síndromes, autismo, problemas motrices y minusválidos. Sillas con ruedas. Capaces de ver más allá que nosotros, los normales. La posibilidad de una estimulación entretenida y diferente.
La jaula que construyeron los vecinos bloquea una servidumbre que es de común uso. Justamente la entrada para minusválidos y tercera edad. Un grupo de ciegos recorre el barco. Juegan, sienten, vibran en otras frecuencias. Ejercicio para el Capitán. Recorre con ojos vendados. El Capitán, emocionado, se venda los ojos y recorre el barco que construye desde hace 13 años. Los espacios parecen grandes e inacabables. La brisa del sur por la escotilla tiene sabor a frutas. La madera acaricia con su textura. La botavara cruje con más ánimo. Avanza proa orgullosa abriendo las aguas.
Del rol del Capitán
El Capitán también desembarca y desaparece para reinventarse. El ejercicio diario de dar sin esperar. La vida a bordo de un barco imaginario exige de su capitán, claridad, constancia y voluntad. Pasajeros de mil naciones y planetas abordan diariamente. Será responsabilidad del Capitán llevarlos a buen puerto. Viajarán en la nave nuevamente si les es propicio el viento en esta máquina del tiempo. Volverán a bordo a jugar nuevamente. Sentirán un niño latir.
(Extractos Bitácora de viajes 2011-12)
Capitán