Es una moda. Los alemanes han convertido en tendencia irse de vacaciones a conventos, informa Deutsche Welle.
Aunque en sus vidas cotidianas los europeos están alejados de la religión, durante las vacaciones el interés hacia estos espacios está aumentando debido al cansancio y el estrés del trabajo. Lo más curioso es que quienes acuden a relejarse a los conventos son, principalmente, personas que ocupan altos cargos.
En estos lugares religiosos no existe ningún programa especial para los veraneantes. Los huéspedes pueden pasear por sus jardines, asistir a misa y charlar con las religiosas. La tendencia no ha pasado desapercibida para las agencias de viajes, que han empezado a dar más información sobre las actividades en conventos a los turistas.
Según la opinión de representantes eclesiales, este fenómeno se explica por la dureza del estilo de vida alemán.