Autor: Asad Rehman
Luchamos por un mundo en el que todos tengan derecho a vivir con dignidad y en armonía con el planeta. Para nosotros, la justicia importa. Los derechos humanos importan.
Leer más: ¡Manos fuera de Haití!
Los líderes de los países desarrollados han subido a este mismo podio afirmando que quieren defender los 1,5 grados, que creen en la ciencia, que la gente importa, que se preocupan. Palabras vacías. Palabras hipócritas. Mentiras.
Nos han dejado al borde del precipicio, enfrentándonos a crisis múltiples e interconectadas. La catástrofe climática. La deuda injusta. Desigualdad y pobreza globales. Hambre. Colapso de la biosfera y los ecosistemas.
No es que no se esté actuando: se está actuando. De rezagados climáticos a criminales climáticos.
Dicen que la equidad y la responsabilidad histórica no importan, y se niegan a hacer su parte justa con objetivos de red cero. Queman las casas de otras personas y luego dicen que no se les puede responsabilizar. En lugar de un fondo de pérdidas y daños y de reparaciones climáticas, ofrecen planes de seguros. Incumplen sus promesas sobre la financiación del clima con más préstamos que crean deuda.
Pueden financiar guerras, pero dicen que no puedes financiar la adaptación. Expanden el gas de petróleo y el carbón en casa cuando necesitamos una eliminación equitativa de todos los combustibles fósiles ahora. Convierten estas negociaciones sobre el clima en una feria comercial y dejan que los que se benefician de alimentar el desastre climático se sienten a la mesa a vender falsas soluciones, mientras los que defienden nuestro planeta y su gente se sientan en las cárceles.
Durante siglos, habían saqueado la riqueza y los recursos del Sur Global, habían amañado la economía mundial con normas comerciales injustas, habían impuesto la austeridad a los pobres y habían vendido las desacreditadas políticas económicas neoliberales de goteo. Para ustedes, las vidas de los negros, los marrones, los indígenas y los pobres son desechables. Para nosotros, no son negociables.
No nos ofrecían más que lágrimas amargas y envenenadas, pero no dejaremos que nos sacrifiquen por el beneficio. Luchamos por un mundo en el que todos tengan derecho a vivir con dignidad y en armonía con el planeta. Para nosotros, la justicia importa. Los derechos humanos importan.
Y en palabras de Alaa Abd El Fattah: todavía no estamos, y nunca estaremos, derrotados.
Asad Rehman es director ejecutivo de la organización benéfica radical contra la pobreza y la justicia social War on Want. Fue uno de los fundadores de la Coalición Stop the War y de la Campaña Mundial para Exigir Justicia Climática, entre otras iniciativas. También ha formado parte de los consejos de administración de Amnistía Internacional Reino Unido, Amigos de la Tierra Internacional, Global Justice Now y Newham Monitoring Project.
Foto: Wire
Recuerda suscribirte a nuestro boletín