Las últimas dos semanas han sido bastante tensas para nosotrxs y para todxs lxs involucradxs en un conflicto de años de duración en torno al destino de Amulsar, una montaña situada en el centro de Armenia, corazón de los recursos hídricos del país. De un lado del conflicto se encuentra el capital explotador transnacional, del otro lado, las comunidades locales y lxs activistas que luchan por los derechos ambientales y otros derechos.
En 2006, la empresa minera anglo-canadiense Lydian International, registrada en el paraíso fiscal de la isla británica de Jersey, obtuvo los derechos de exploración geológica de los depósitos de oro de Amulsar, situados cerca de una pequeña ciudad balnearia llamada Jermuk. Esto ocurrió dentro de un contexto de más de 400 permisos de explotación minera del sector privado, de los cuales 27 corresponden a minas de metales (en su mayoría de propiedad rusa), ya existentes en el minúsculo territorio del país (30.000 m2 ), y en el contexto de prácticas mineras devastadoras bien documentadas.
La legislación minera de Armenia, reformada bajo la dirección directa del Banco Mundial, establece estándares ambientales muy bajos y deja poco espacio para el control estatal o comunitario. Desde 2007, un movimiento ambientalista comenzó a cobrar ímpulso y a plantear problemas relacionados con la minería: la contaminación del agua y el suelo, el empobrecimiento de lxs habitantes locales y los principales problemas sanitarios en sus comunidades, la violación de los derechos laborales, la deregulación del sector ambiental, la presión política y económica neocolonial por parte de inversionistas extranjerxs y de los estados que lxs respaldan.
El proyecto minero de Amulsar encontró resistencia desde el principio. Desde 2011, incluso antes de que se concedieran los permisos de explotación minera, lxs residentes de Jermuk, lxs activistas ambientales, las ONG, lxs científicxs y otrxs plantearon numerosas quejas y apelaciones. Algunas de estas preocupaciones relativas al impacto potencialmente perjudicial de la mina en el bienestar ambiental y social fueron confirmadas más tarde po rexpertxs internacionales. Sin embargo, estas preocupaciones fueron sistemáticamente descuidadas por las autoridades estatales.
La construcción de la mina comenzó en 2017 y casi inmediatamente creó problemas para las comunidades locales: su agua potable se contaminó en numerosas ocasiones, el río Arpa también se contaminó y miles de peces murieron en las granjas adyacentes, y los niveles de polvoaumentaron enormemente en Jermuk.
En junio de 2018, alentadxs por la «Revolución de Terciopelo», lxs lugareñxs finalmente tomaron el asunto en sus manos y bloquearon físicamente los caminos que conducen a la montaña, deteniendo así la construcción de la mina hasta la fecha. Al poco tiempo, la mayoría de la población de Jermuk presentó una petición con unas 3000 firmas exigiendo que se prohibiera toda la minería de metales en Jermuk, y el Consejo de la Comunidad de Jermuk adoptó una decisión aprobando oficialmente la petición colectiva.
Bajo la presión de la comunidad local y de lxs activistas ambientales, el gobierno de Armenia contrató una revisión internacional independiente de la evaluación de impacto ambiental (EIA) producido por Lydian Armenia. Las conclusiones, publicadas en el verano de 2019, demostraron que la EIA de la empresa era defectuosa e ignoraba muchos de los posibles impactos de la mina (incluido el drenaje masivo de ácido que podría contaminar los recursos hídricos más importantes de Armenia). Sin embargo, el gobierno se negó a cancelar los permisos de Lydian. El gabinete del Primer Ministro Nikol Pashinyan ha dudado en actuar contra las acciones ilegales del capital internacional, presumiblemente bajo una gran presión de los gobiernos de EE.UU. y el Reino Unido y amenazas de arbitraje internacional.
Una vez incorporada bajo las laxas leyes del paraíso fiscal de Jersey, Lydian ahora opera bajo la ley canadiense. Después de meses de litigios por bancarrota y disputas con lxs acreedorxs que tuvieron lugar en Canadá y Jersey, Lydian International inició un proceso de reestructuración y se entregó a la propiedad de sus tres acreedorxs principales en julio de 2020.
Al contratar una nueva empresa de seguridad privada, Restructured Lydian adoptó de inmediato una estrategia agresiva para intentar reducir la resistencia local. En indumentaria militar y equipado con rifles de asalto, el equipo de seguridad invadió el lugar y siguió provocando a lxs manifestantes durante días. Durante la madrugada del 4 de agosto, la compañía de seguridad de Lydian retiró las cabinas de lxs manifestantes de las entradas al lugar previsto para la mina, reemplazándolas por las suyas propias. Esto desencadenó una movilización masiva en la tarde, marcada por violencia por parte de la seguridad privada y la detención de manifestantes pacíficxs por parte de la policía. En las dos últimas semanas se produjeron varios piquetes y protestas en la capital, Ereván, pero la policía reprimió inmediatamente incluso a la más pequeña de esas asambleas y detuvo a sus participantes, entre ellxs varixs miembros de nuestra coalición, e intentó impedir que varios medios de comunicación cubrieran los piquetes․En el contexto de los piquetes organizados por Lydian que tuvieron lugar apenas una semana antes, sin ningún impedimento por parte de la policía, se trataba de una aplicación discriminatoria y politizada de las restricciones legales relacionadas con el Covid-19, acompañadas de un uso no proporcional de fuerza.
La movilización general continúa con protestas organizadas todas las semanas y con bloqueos continuos en Amulsar. La población local y lxs activistas están ahora solxs contra la empresa y sus acciones agresivas, ya que el gobierno armenio y el bloque parlamentario gobernante de My Step han hecho oídos sordos ante la reciente escalada. El pueblo exige que el gobierno retire los permisos concedidos a Lydian Armenia en función de las conclusiones de la revisión independiente de la EIA de la empresa, y que descarte definitivamente todo proyecto de explotación minera en la zona.
Mientras se mantenga la resistencia, existe la esperanza de prevenir la destrucción de la naturaleza y el sustento de la población. Pero Lydian podría tener una alternativa: organizando operaciones y poniendo trampas legales, podría intentar demandar a Armenia por lucro cesante en el marco de un mecanismo de arbitraje internacional llamado Solución de Controversias entre Inversionista y Estado (ISDS), en efecto intentando extorsionar el dinero del país porque el pueblo se resiste a su propia privación y explotación. La población local es consciente de esta amenaza y no cederá a las provocaciones y trampas. Muchxs en Armenia, incluidxs nosotrxs mismxs, nos solidarizaremos con ellxs hasta que Amulsar se salve para siempre.
Dirigimos este llamado a nuestrxs camaradas de la Internacional Progresista y a todos los partidos que defienden un mundo verde, justo y descolonizado, para que apoyen la causa de Salvar a Amulsar. Les invitamos a presionar a los fondos y corporaciones (petición) que participan actualmente en el proyecto minero* y a sus gobiernos que puedan tener influencia sobre ellos, a firmar esta nueva petición dirigida al gobierno armenio; a compartir conocimientos e información sobre el caso de Amulsar; a ayudar a nuestra lucha con conocimientos especializados y apoyo profesional; y a visitarnos en Armenia, Ereván, Jermuk y Amulsar, donde se está llevando a cabo una lucha por derechos fundamentales.
*A través de Lydian Canada Ventures Corporation, una filial de Lydian International registrada en Canadá en agosto de 2018, se fusionó con la empresa SL Newco y ahora se denomina Restructured Lydian. Los nuevos propietarios de la empresa son fondos de inversión internacionales, entre ellos Orion Resource Partners, Osisko Mining y Resource Capital Fund. Lydian sigue estando endeudada con el Fondo SEK sueco, Caterpillar Financial Services UK, Ameria Bank, y muchxs otrxs antiguxs accionistas, incluyendo lxs de Turquía. Lydian Armenia sigue siendo la filial armenia y pertenece a Restructured Lydian.
Por ՍեւԲիբար